Comer sin gluten se ha convertido en una especie de moda, sobre todo para algunos deportistas. Pero no para un celiaco. Para estas personas es una necesidad. Con la inflación y cesta de la compra disparada, consumir alimentos sin gluten supone para un celiaco hasta 600 euros mas caro al año que para una persona sin este trastorno.

El gluten es una proteína que está presente en muchísimos alimentos, muchos de ellos básicos, como el pan, los cereales, la pasta. El gluten está presente incluso hasta en el embutido.

La diferencia en el precio es abismal. Un paquete de pan de molde normal cuesta en el entorno del 1,20 euros. Sin gluten, tres veces más, 3,80 euros. Las galletas de 600g, otro ejemplo, rondan más o menos los 2 euros. La opción sin gluten sale por 4,90 euros.

Ante esta situación, el colectivo de celiacos que representa aproximadamente a entre 500.000 y 900.000 personas en España reclama ayudas. Este domingo van a salir a las calles de Madrid en una manifestación que va a partir este domingo desde el Ministerio de Sanidad.

800 euros más al año

Aarón Santana es el presidente de la Federación de Asociaciones de Celiacos. En su casa, son tres personas celiacas. Él fue diagnosticado hace 11 años de celiaquía junto a su hija. Años más tarde, también su segunda hija.

“Hablamos de un sobrecoste de unos 800-900 euros al año con respecto a una familia que no tuviera miembros celiacos”, ha explicado en 'Mediodía COPE'.

Con esta situación de encarecimiento, son muchas las familias que tienen que renunciar a productos básicos. “Con estos precios, hay familias que no nos podemos permitir estos lujos, que son alimentos básicos, pero que con su precio se convierten en lujos. Tenemos que buscar productos alternativos”, afirma.

“Comer alimentos básicos con gluten es perder salud porque automáticamente nos vienen dolores estomacales y enfermedades más graves, que pueden llegar a cáncer de colon, intestino irritable, si alargamos en el tiempo una dieta incorrecta. Es un peligro muy grande”, advierte sobre los peligros para estas personas.

“La incidencia de la enfermedad es la misma en toda Europa, lo que sucede es que otros países han buscado fórmulas y en España no las tenemos. Salimos las tres principales asociaciones a la calle a revindicar una mejora que repercuta en mucho mas que el bolsillo, en personas mucho más sanas”, ha concluido.