Rafael Armengot, meteorólogo y doctor en Geografía: “En la Comunidad Valenciana se ha ido construyendo en zonas vulnerables, con una gestión más competente, la gran mayoría de las muertes se habrían evitado”
El también miembro también de la junta directiva de la Asociación Valenciana de Meteorología explicaba en 'La Tarde', desde el Barranco del Poyo y el de la Horteta, por qué el pasado 29 de octubre todo se desbordó

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29 de octubre de 2024. Solo con esa fecha, a cualquier español se le ponen los pelos como escarpias. Y es que la fecha en la que la dana con su brutalidad arrasó gran parte de la Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha, Andalucía y parte de Cataluña. El resultado fue catastrófico y tremendamente triste: 237 muertos.
Las horas que siguieron a la tremenda inundación el número de desaparecidos no dejaba de crecer, y con ello, la incertidumbre y el dolor de los españoles. Un año después, seguimos recordando a las víctimas mortales, a sus familiares, y a los que sufrieron esta tragedia. Ellos nos pidieron que no los olvidáramos, y no lo vamos a hacer.
Por esa misma razón, COPE está ofreciendo una programación especial en la que se recuerda el aniversario de esta tragedia que dejó a España con el corazón en un puño. En distintos puntos, nuestros comunicadores narran cómo un año después se vive en estos municipios.
Pilar García Muñiz lo hace desde el barranco del Poyo y el de la Horteta, en Valencia, que se desbordaron con la dana causando el desastre. Estas aguas, como describían los vecinos, se volvieron olas “como tsunamis”.
Las primeras horas en los barrancos
La dana que azotó fuertemente la Comunidad Valencia se ha registrado como el peor desastre natural de la región en los últimos 100 años. Y si bien se trata de un fenómeno meteorológico, lo cierto es que se podían haber evitado las devastadoras consecuencias.
Rafael Armengot, es doctor en geografía, es meteorólogo y miembro también de la junta directiva de la Asociación Valenciana de Meteorología, y explica en 'La Tarde' cómo fueron las primeras horas en esta zona geográfica.
“No había una medición automática, pero sí que estaba implementado en los planes de emergencia el que pudiera haber mediciones visuales por agentes medioambientales que estuvieran siguiendo los caudales. Y así se hizo en primera instancia, lo que pasa por una decisión absurda, a las 14:45 alguien decidió que se retiraran dejando inerme a la población de cara a la tarde” comenzaba explicando.

Vista general tomada con un dron del barranco del Poyo a su paso por Catarroja y Massanasa
Y si bien, como contaba, se contemplaba que las presas se pudieran desbordar, pero se descuidó el barranco del Poyo. “No se le prestó tanta atención porque hubo un efecto túnel que llevaba a mirar obsesivamente a a Forata y al Río Magro” comenzaba diciendo.
“Entonces aquí a partir de las 3 y sobre todo 3:30 de la tarde en la zona de Turia, que está como a unos 15 km aguas arriba de Horteta, se formó lo que llamamos un sistema convectivo de mesoescala, un sistema de lluvias torrenciales que empezaron a llover al ritmo superior a 100 L m² durante varias horas” matizaba.
Las construcciones que pudieron evitar el desastre
El temporal de la dana arrasó con todo, y no,no vale con decir que se trata de un desastre natural, porque las consecuencias fueron devastadoras también por la acción humana. Y aquí tiene mucho que ver la construcción de las viviendas, que propiciaron las inundaciones.
Y es que la mitad de los edificios afectados en Torrent están en zona de máximo riesgo de inundación. En toda la Comunidad Valenciana son 14.700 bloques, aproximadamente, los que están en zonas de máximo riesgo de inundación. La pregunta es por qué se construye en zonas que son inundables.
“En la Comunidad Valenciana tenemos un plan pionero a este nivel, que es un plan para la protección respecto al riesgo de inundaciones también en el tema urbanístico, pero yo creo que la memoria es frágil cuando hay muchos intereses de por medio y se ha ido construyendo, construyendo, construyendo en zonas vulnerables” empezaba diciendo este experto.
Él opta por cambiar de filosofía en cuanto a urbanismo, porque “con una gestión no tan negligente e incompetente como la que hubo el 29 de octubre pasado, la gran mayoría de las muertes se habrían evitado” decía.



