Javier Quintero, psiquiatra: "Siempre hay un mal diagnóstico de TDAH en la infancia, y ahora cuando son padres se sienten identificados con ese diagnóstico"
El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad cada vez está más presente en la sociedad y en 'La Tarde' analizan cómo se está identificando el TDAH

El Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad cada vez está más presente en la sociedad
Madrid - Publicado el
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En los últimos años, el número de diagnósticos de Trastorno por Déficit de Atención con o sin Hiperactividad (TDAH) ha experimentado un notable incremento en distintos países, incluyendo España y América Latina.
Este aumento ha generado un debate entre especialistas, familias y educadores: ¿estamos ante una mejor detección del trastorno o frente a un sobrediagnóstico impulsado por la presión social y educativa?
Según datos recientes de la Sociedad Española de Psiquiatría Infantil, los diagnósticos de TDAH en niños y adolescentes han aumentado en más de un 30 % en la última década.
mÁS CONCIENCIA Y MÁS CONSULTA AL MÉDICO
Para muchos expertos, este aumento responde a una mayor concienciación social sobre la salud mental infantil y a la mejora en las herramientas diagnósticas. “Hoy los padres y los docentes están más atentos a las señales de inatención o hiperactividad. Antes, un niño distraído se consideraba simplemente travieso o perezoso".
La difusión de información en medios y redes sociales también ha contribuido a que más familias busquen orientación profesional ante las dificultades escolares o de comportamiento de sus hijos.

En este sentido, la detección temprana del TDAH ha permitido mejorar el pronóstico de muchos menores que, con un tratamiento adecuado, logran un desarrollo académico y emocional más equilibrado.
LO QUE CONLLEVA EL SOBREDIAGNÓSTICO
Sin embargo, no todos ven con buenos ojos el crecimiento de los diagnósticos. Algunos especialistas advierten sobre la tendencia a etiquetar como “trastorno” conductas que pueden ser parte del desarrollo normal o reflejo de un contexto educativo exigente.
Además, el diagnóstico del TDAH sigue siendo clínico, basado en la observación de comportamientos y en entrevistas, más que en pruebas biológicas.
Esto deja espacio a la subjetividad y a interpretaciones variables según el profesional. En algunos casos, el uso de cuestionarios generalizados en colegios ha provocado un aumento de derivaciones innecesarias a los servicios de salud mental.
LA INFLUENCIA DEL ENTORNO EDUCATIVO Y SOCIAL
El entorno escolar juega un papel clave en este fenómeno. Las aulas cada vez más numerosas, los currículos extensos y la presión académica pueden acentuar las dificultades de atención en los niños, haciendo más evidente cualquier diferencia en el rendimiento.
A esto se suma el impacto de las nuevas tecnologías. El uso intensivo de pantallas desde edades tempranas se ha vinculado con una menor tolerancia a la frustración y una atención más fragmentada, lo que puede confundirse con síntomas de TDAH.
eL PAPEL DE LOS FÁRMACOS Y LAS ALTERNATIVAS TERAPÉUTICAS
El incremento de diagnósticos también ha traído consigo un mayor consumo de medicación estimulante, como el metilfenidato. Si bien estos tratamientos son efectivos para muchos pacientes, su uso debe estar estrictamente controlado.
Cada vez más familias y escuelas buscan alternativas complementarias, como programas de entrenamiento en habilidades sociales, mindfulness para niños o actividades deportivas estructuradas, que han mostrado beneficios en la regulación de la atención y la conducta.
lA IMPORTANCIA DE UN DIAGNOSTICO CON RESPONSABILIDAD
El desafío, según los expertos, no es negar la existencia del TDAH, sino garantizar diagnósticos rigurosos y tratamientos personalizados.
La coordinación entre médicos, psicólogos, educadores y familias resulta esencial para evitar tanto el infradiagnóstico como el exceso de etiquetas.




