Foto de Fernando de Haro: “Las dos mujeres friegan el suelo de un bosque de columnas..."

Foto de la gran Colita. Colita, la gran fotógrafa de Barcelona, de la transición, ha muerto hace unos días. En la foto de hoy dos mujeres, en blanco y negro. Las dos mujeres friegan el suelo de un bosque de columnas, de un bosque que echa a volar arcos infinitos, listas de sangre y cal en el aire, listas que buscan el cielo. La más joven de las dos mujeres se ha arrodillado junto a un cubo de latón y con la camisa arremangada, con las mangas alzadas, restriega el suelo con fuerza, con ahínco, como si quisiera que se pudiese comer sobre las baldosas. La otra mujer, agachada hacia otro cubo de latón, enjuaga una bayeta. Apoyados en la columna más aperos de limpieza: una garrafa grande de lejía y más cubos con agua de pozo. Las losetas todavía están mojadas y quieren ser espejo de columnas muy tiesas. Las columnas alzan una selva en la que se enreda la mirada. Lanzas los ojos por uno de los pasillos y enseguida se pierden y saltan de una nave a la otra, de un arco de otro. Lanzas los ojos y se ponen a jugar a las damas y al ajedrez sin encontrar salida a un laberinto rojo y blanco, a un laberinto que convierte el espacio en una inmortalidad geométrica. A las mujeres no les da tiempo a perderse en el enigma, frotan con esmero para quitarle historia a la mezquita catedral que ha conocido demasiadas luchas, demasiadas inquisiciones, que ha visto demasiadas espadas.