Jesús se jubila y deja a todo su pueblo de Teruel sin una de las tradiciones más antiguas: "Lo heredó de su padre, y este de su abuelo"

Según el INE, Teruel ha perdido en el último año 728 ciudadanos españoles, algo que tiene efecto en el legado de Jesús Peribáñez, como él mismo cuenta en La Linterna

Vista aérea de un pueblo de Teruel

Alamy Stock Photo

Vista aérea de un pueblo de Teruel

Paco Delgado

Madrid - Publicado el

3 min lectura

En la provincia de Teruel, donde la despoblación ha sido una constante durante décadas, cada pérdida se siente como un desgarro en el tejido social. Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a 1 de abril de 2025, Teruel cuenta con 135.762 habitantes, un leve aumento del 0,46% respecto al año anterior, gracias principalmente a la llegada de 1.350 extranjeros, que compensan la pérdida de 728 españoles.

Sin embargo, detrás de estas cifras se esconde una realidad más cruda: el 25% de la población supera los 65 años, y solo 831 de esos mayores son de nacionalidad extranjera. En este contexto, la jubilación de personas como Jesús Peribáñez, un panadero que durante casi 50 años ha mantenido viva una tradición familiar en la comarca del Jiloca, no es solo una despedida laboral, sino el fin de un legado que ha alimentado generaciones.

Jesús, natural de Burbáguena, un pequeño pueblo de Teruel, ha sido durante décadas el guardián de un oficio que trasciende lo meramente alimenticio. Su panadería, heredada de su padre y este a su vez de su abuelo Santos a principios del siglo XX, ha sido mucho más que un negocio: un símbolo de resistencia en la llamada Laponia Española, donde el pan representa "estar en casa".

Presentación en la plaza de Burbáguena

DPT

Presentación en la plaza de Burbáguena

Su historia, recogida en un emotivo reportaje de La Linterna presentado por Ángel Expósito, es un relato de sacrificio, amor por el territorio y una comunidad que ahora mira con nostalgia cómo su claxon, ese sonido que anunciaba la llegada del pan fresco, dejará de resonar en los 14 municipios que abastecía.

 Levantarse a las 3 de la madrugada sin vacaciones  

El trabajo de Jesús no conocía horarios. Durante medio siglo, se levantaba a horas intempestivas para amasar, hornear y repartir pan en un radio de más de 100 kilómetros. "Un oficio en apariencia sencillo, pero que esconde incontables horas de trabajo sin descanso, sin vacaciones, ni bajas", destacó Expósito. Su rutina era un acto de fe: hasta 14 pueblos dependían de él, algunos tan aislados que, en ocasiones, Jesús asumía incluso el papel de farmacéutico, llevando medicinas a quienes no podían desplazarse.

A su lado, siempre estuvo su mujer, Consuelo, una superviviente de tres cánceres (uno de ellos durante la pandemia) quien relata en La Linterna las dificultades de vivir en la España olvidada: "En Teruel no me atendían. Tuvimos que ir a Zaragoza con un seguro privado, pero incluso allí fue complicado. Me dejaron en el hospital un viernes y me recogieron el lunes". Su testimonio refleja la crudeza de un territorio donde los servicios públicos brillan por su ausencia, y donde el invierno convierte negocios como el de Jesús en inviables: "Vendíamos 50 barras al día, frente a las 300 o 2.000 del verano".

Una mujer haciendo pan en una panadería tradicional

Alamy Stock Photo

Una mujer haciendo pan en una panadería tradicional

 El relevo generacional que no llega  

La jubilación de Jesús no es solo un cambio vital para él, sino un golpe para una comarca que ya sufre la sangría demográfica. Como explicó Consuelo, su marido tiene "sentimientos encontrados": por un lado, la ilusión de viajar y disfrutar de su tiempo libre; por otro, la preocupación por los ancianos que dependían de él para cambiar billetes de 50 euros, porque "si no, no tienen otro sitio".

Aunque hay esperanza, ya que una pareja está interesada en el traspaso del negocio, Jesús sabe que algo irrepetible se va con él: esa conexión íntima con los clientes, a los que conocía por su nombre y sus preferencias. "Como Panadería Peribáñez, creo que no continuará, a no ser que quieran mantener el nombre", confesó con melancolía.

 Un legado que se resiste a desaparecer  

La historia de Jesús es un microcosmos de la España rural: un territorio que envejece, donde el 47% de los municipios no registran nacimientos 7, y donde proyectos como el de Perales del Alfambram que ha logrado superar los 300 habitantes gracias a políticas de empleo y servicios, son aún excepciones 13. Mientras, pueblos como Burbáguena ven cómo se apagan oficios centenarios, llevándose consigo pedazos de memoria colectiva.

Entre los planes de Jesús y Consuelo está recorrer la tierra vinculada a su abuelo Santos, tocar la guitarra y, quizá, escribir un nuevo capítulo lejos de las harinas. Pero como resumió Expósito: "Con él, Teruel pierde a uno de sus superhéroes, esos que, sin capa, salvan cada día a su gente con las manos en la masa".

Temas relacionados

La Linterna

La Linterna

Con Ángel Expósito

Lunes a viernes de 19:00h a 23:30h

Programas

Último boletín

12:00H | 18 JUL 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking