

"Estamos viviendo los peores momentos del verano en cuanto a incendios: ¿hemos aprendido algo?"
Rubén Corral analiza en 'La Linterna' los incendios activos en todo el país: decenas de focos activos desde Galicia hasta Cádiz, pasando por Madrid y Extremadura, entre otros. Corral intenta encontrar respuesta al origen, extinción y prevención de los fuegos que acontecen este verano, lejos de cumplir los récords de hectáreas quemadas del 2022.
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Estamos viviendo los peores momentos del verano en cuanto a incendios. Hay decenas de focos activos en todo el país. Vamos a hacer, lo primero, un repaso para saber cómo está la situación y empezamos por lo último.
- Castilla y León es la comunidad que más preocupa. Solo en Zamora y León hay más de 5.000 vecinos desalojados.
- En Galicia, el incendio de Chandrexa de Queixa es el que más preocupa porque las llamas siguen amenazando la población.
- En Andalucía está activo un incendio en Los Romeros, en Jabugo. Las llamas están cerca de las casas y se empieza a desalojar a vecinos.
Esa es la situación en este momento, a las 20:03 minutos. Eso es lo que está pasando en España. Y claro, escuchando esto, pues surgen varias preguntas.
La primera de ellas: ¿por qué tantos incendios a la vez? ¿Es normal esto? Bueno, pues básicamente hay tantos incendios a la vez porque se dan las condiciones para ello. Podemos hablar de que estamos ante la tormenta perfecta. A finales de julio hablamos con Paco Castañares, es un experto en materia forestal. Y con él analizamos uno de los primeros grandes incendios que sufrimos este verano: estoy hablando del incendio de Las Hurdes. Aquel incendio comenzó afectando a la comarca de Las Hurdes, en la provincia de Cáceres, y se extendió a la provincia de Salamanca. Aquella noche, este experto, buen conocedor de la zona y de cómo funcionan los incendios, al final de la charla, nos dejó una frase que anotamos:
"Los que hemos tenido hasta ahora, que han sido muchos y muy graves, uno de ellos, es prácticamente pretemporada. A partir de ahora, a partir de este incendio en Extremadura, desde Mombeltrán, en el Valle del Tiétar, en el sur de la provincia de Ávila, empieza de verdad la temporada de incendio potente. Empieza otra temporada de incendio mucho más complicada y mucho más difícil que la que hemos sufrido hasta ahora".
Nos lo dijo el 29 de julio: este incendio es solo el principio, estamos en pretemporada, lo que viene a partir de agosto será "temporada alta". Y hay que reconocer que dio en el clavo. Visto después, ha tenido toda la razón del mundo.
Todas las personas con las que he hablado hoy, para que trataran de explicarme lo que está pasando, me han dicho lo mismo: esta primavera ha sido muy lluviosa, eso ha hecho que la vegetación haya crecido más del habitual y, al no gestionar bien la limpieza del monte y del campo, ese verde acaba convirtiéndose entre rastrojos amarillos, que sirve finalmente de combustible. A esto hay que añadir la ola de calor. Prolongada, constante, con temperaturas por encima de los 40 grados, que ha contribuido a que estemos en este escenario. Y es que estamos siendo víctimas de la regla del 30-30-30. ¿Esto qué es?
Bueno, pues esto es un escenario en el que la temperatura supera los 30 grados, las rachas de viento exceden de los 30 km/h y la humedad relativa del aire se sitúa por debajo del 30%. Estas condiciones todas juntas facilitan la expansión de las llamas. Tú piensa en las últimas noches. Desde el pasado 3 de agosto hemos hablado de noches tropicales, por encima de los 25 grados todos los días. El caldo de cultivo para los incendios lo tenemos ahí.
Segunda cuestión: que tantos incendios coinciden a la vez, ¿quiere decir que son provocados? No podemos asegurarlo, hay que buscar las estadísticas. ¿Qué dicen las estadísticas? Pues hablan de que más del 90% de los incendios tienen una causa humana. El cambio climático no los provoca, pero las condiciones que genera ese cambio climático —el ambiente seco, el estrés térmico de las plantas, las altas temperaturas— hacen que eso sea mucho más difícil combatirlos, pero no es el origen, ¿eh? Dentro de estas causas humanas hay varios apartados: tenemos descuidos, la gente que deja colillas de cigarro encendidas, hay fogatas mal apagadas, quemas de rastrojos agrícolas no controladas, quemas de terreno para acabar con plagas de ratas... Todo eso puede pasar, pero ¿qué ocurre con los que son intencionados?
Pues aquí hablamos de dos categorías: hay incendios que se provocan por un interés concreto, ya sea por dejar un terreno disponible para edificar o por querer cobrar un seguro, y luego están aquellas personas que padecen una patología y a los que prender un terreno les causa placer. Fíjate, repasando esta tarde datos, hemos visto que en lo que va de verano se ha detenido a 25 personas por originar incendios, y esto hay que añadirle las tres detenciones que hemos conocido hoy en Ávila, Cádiz y Galicia.
Siguiente pregunta: ¿se hace lo suficiente para cuidar el monte y luchar contra los incendios? Aquí hay que reconocer que estamos teniendo una gestión deficiente. Proteger el monte no es dejarlo y que nadie se ocupe de él. No. Eso de que los fuegos se apagan en invierno es más que una frase hecha. Los bosques hay que limpiarlos, deben tener un mantenimiento. Es necesario una mejor gestión ambiental que no estamos teniendo.
Cuarta pregunta: ¿estamos ante el año que más daño están provocando los incendios? Fíjate que solo en Galicia se están provocando 40-50 incendios al día. Bueno, pues lo que nos dicen los datos es que hasta el 3 de agosto habían ardido en España más de 39.000 hectáreas, un 9% más que el año pasado. Pero eso sí, una cifra por debajo de la media en esta época del año. De hecho, el número de hectáreas calcinadas estaba siendo el quinto con menos superficie quemada en la última década, pero en las dos últimas semanas esto ha cambiado dramáticamente, la situación es otra. Y es que desde el sábado pasado han ardido 18.000 hectáreas en los más de 40 incendios que se han declarado desde esa fecha. Eso sí, estamos aún lejos de la peor marca, porque 2022 se considera el peor año en términos de superficie quemada. Aquel año se quemaron 300.000 hectáreas.
Y la última cuestión, la pregunta que nos hacemos todos los años cuando nos encontramos ante situaciones como esta: ¿hemos aprendido algo?



