Compartir la ubicación por Whatsapp con amigos esconde un riesgo y los expertos advierten que puede ser grave

El uso de la geolocalización se ha convertido en una práctica habitual, especialmente entre los jóvenes, que la emplean para coordinar planes, seguir a amigos o incluso compartir su ubicación con familiares en aplicaciones como Whatsapp. Sin embargo, esta tecnología, presente en casi todos los smartphones, plantea importantes cuestiones sobre privacidad y seguridad.

Este fue el tema central de un debate en el programa La Linterna de COPE, dirigido por Ángel Expósito, con la participación de Virginia Mijes, experta en tecnología y profesora de EAE Business School, y la periodista económica Pilar García de la Granja.

Compartir la ubicación de Whatsapp

Los testimonios de los oyentes reflejan la normalización de esta práctica. "Comparto mi ubicación con amigos y familiares para saber dónde están cuando quedamos o en situaciones como fiestas, donde es fácil dispersarse", explicó uno de ellos. Otro añadió: "Es más práctico que estar mandando mensajes constantemente". Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 87% de los jóvenes entre 18 y 35 años utiliza aplicaciones de geolocalización al menos una vez a la semana.

Virginia Mijes, experta consultada en el programa, destacó que "la geolocalización se ha integrado en la vida cotidiana, no solo como herramienta de navegación, sino como un elemento más de conexión social". Además, señaló su utilidad en ámbitos como el geo-marketing, donde las empresas utilizan datos de ubicación para ofrecer publicidad personalizada.

 ¿Funciona contra el crimen?  

Durante la entrevista, Expósito planteó si esta tecnología podría emplearse para combatir robos o situaciones de emergencia. "Si te roban el teléfono, ¿puedes rastrearlo?", preguntó. Mijes reconoció que, efectivamente, los sistemas de localización pueden ayudar en estos casos, pero advirtió sobre sus riesgos: "También puede ser utilizada con fines malintencionados, como el acoso o incluso robos".

La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha alertado en reiteradas ocasiones sobre los peligros de compartir la ubicación en exceso. En un informe reciente, recordó que "los datos de geolocalización pueden ser utilizados para elaborar patrones de comportamiento, lo que supone un riesgo para la privacidad".

 Privacidad y geo-marketing  

Pilar García de la Granja, periodista especializada en economía, cuestionó quién accede a estos datos y cómo se monetizan. "Si frecuentas ciertos lugares, las empresas pueden usar esa información para enviarte publicidad dirigida", explicó. Mijes coincidió y añadió que estrategias como el geofencing (notificaciones en zonas específicas) son cada vez más comunes.

No obstante, la experta recordó que, aunque muchas aplicaciones piden consentimiento, "no todas garantizan la seguridad de los datos". De hecho, un estudio de la Universidad Complutense de Madrid reveló que el 40% de las apps analizadas compartían información de ubicación con terceros sin un cifrado adecuado.

 Regulación y concienciación  

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Ante este escenario, la Unión Europea ha reforzado su marco legal con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD), que obliga a las empresas a ser transparentes sobre el uso de información personal. Sin embargo, Mijes insistió en que "la educación digital es clave: los usuarios deben saber qué comparten y con quién".

El debate en La Linterna deja claro que, aunque la geolocalización ofrece ventajas indiscutibles, su uso exige precaución. Como concluye Expósito, "es una tecnología que nos facilita la vida, pero también nos obliga a reflexionar sobre hasta dónde queremos que nos sigan".