Una neuropsicóloga señala el gesto de los españoles tras el apagón eléctrico que le sorprendió y que puede tener beneficios
La doctora Aurora García Moreno da en La Linterna los cuatro pasos para gestionar correctamente una crisis como la vivida este lunes en España con la luz

Madrid - Publicado el - Actualizado
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El pasado lunes, gran parte de España se quedó a oscuras. Un apagón eléctrico masivo paralizó fábricas, colapsó el tráfico, dejó sin suministro a hospitales, que dependieron de generadores, y obligó a miles de personas a improvisar soluciones ante la incertidumbre. En La Linterna, Ángel Expósito relató cómo el país pasó del desconcierto inicial a la adaptación forzosa, mientras empresarios, trabajadores y ciudadanos compartían sus experiencias.
El caos sin luz: comercios, hospitales y bares
"Párate completamente, todas las máquinas apagadas. He tenido que mandar a la gente a comer antes de tiempo para intentar solucionar por la tarde lo que no se pudo terminar por la mañana", cuenta en COPE un empresario afectado. Otros oyentes han relatado cómo la falta de luz e internet les impidió trabajar: "No podemos graduar lentes ni hacer audiometrías. Todo está informatizado", explica una profesional de la salud.

Aurora García Moreno, neuropsicóloga, en una entrevista en La Linterna
En los hospitales, aunque los generadores evitaron un colapso total, los sistemas informáticos fallaron. "Están pasando consulta, pero sin internet. Han tenido que derivar citas", comenta un oyente de COPE. Mientras, en las calles, el tráfico se volvió caótico. "Mucha gente volvió a casa caminando kilómetros", señala Expósito. Así, los comercios también sufrieron: "No podemos usar el TPV, la cafetera ni conservar el género. Se nos va a estropear todo", lamenta la dueña de un bar en La Linterna.
La psicología del apagón
Otras historias del apagón
En medio del caos, la neuropsicóloga Aurora García Moreno, colaboradora habitual del programa, analizó el impacto emocional del apagón. "Cuando el organismo se siente amenazado, reacciona con ansiedad, pánico o miedo", explicó. La incertidumbre sobre la duración del corte activó una "respuesta de alarma" en muchas personas, que se sintieron vulnerables al perder el control de su rutina.
Sin embargo, García Moreno destaca un efecto inesperado: la desconexión forzada tuvo beneficios. "Nos sacó de la zona de confort y nos permitió reconectar con la realidad", afirmó. La falta de dispositivos electrónicos fomentó la comunicación cara a cara. "La gente estaba en terrazas, hablando, escuchando la radio. Incluso mejoró la creatividad y la productividad, al eliminar distracciones", añade.
Cómo gestionar la incertidumbre: claves para mantener la calma
Ante situaciones imprevistas como un apagón, la neuropsicóloga recomienda:

Personas pasando la noche en Sants estación
Lecciones aprendidas: resiliencia y humanidad
El apagón demostró que, pese a la dependencia tecnológica, la sociedad puede adaptarse. "Vi mucha paciencia y autocontrol", destacó Expósito. García Moreno coincidió: "Fue un ejercicio de humildad. Recordamos que no todo está bajo control, pero tenemos herramientas para gestionarlo".
Aunque la luz regresó, la experiencia dejó una reflexión: en un mundo hiperconectado, la desconexión ocasional puede ser saludable. "Ojalá no se repita, pero nos enseñó a valorar lo esencial: la calma, la comunicación y la capacidad de reinventarnos", concluyó la especialista.
Mientras España recuperaba la normalidad, La Linterna de COPE recordó que, ante la adversidad, la mejor respuesta es mantener la serenidad y, sobre todo, seguir conectados, aunque sea sin electricidad