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Señoras, señoras, me alegro, ¡buenos días!

Me alegro mucho de saludarles en esta mañana en la que ya puedo decirles que la fiesta termino. Se acabó la fiesta. Siempre el día 7 de enero era ese día en el que se anunciaban rebajas, nos abrigábamos un poco, pensábamos que venían tiempos duros para coger otra vez la carrerilla después de unos cuantos días de abrazos, festividades y melopeas, pero este año es completamente distinto. Este año se ha acabado una fiesta y la fiesta, como todas las fiestas, deja un panorama que cuando uno vuelve, como aquellas fiestas, guateques que hacíamos, cuando vuelve al cabo de unas horas y si nadie lo ha arreglado, pues ahí hay alcohol derribado por el suelo, cristales rotos, las serpentinas tiradas, la decoración hecha un… Bueno, pues ese puede ser el panorama sobre todo con una cuesta de enero que no es una cuesta, es la ladera casi vertical de una montaña.

Y ahora usted me dirá: “Dígame algo que no sepa. Gracias. Ya lo sé”. Bueno, algo que no sepa, a lo mejor no sabe que la Agencia Europea del Medicamento ha aprobado una nueva vacuna, Moderna, que llegará a Europa 160 millones de dosis, que no son tantas como las de Pfizer, pero la logística es un poquito más fácil y más sencilla, lo cual, veremos si eso puede hacer que arranque definitivamente el ritmo de las cosas, el ritmo de la vacunación.

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Pero hoy tenemos que hacer una crónica de lo inaudito. Cuando uno lleva décadas de profesión a las espaldas y ha contado noticias de todo tipo, algunas inopinadas, otras sorprendentes, pero quién me iba a decir que iba a hablar de un asalto violento al Capitolio de EE.UU. para tratar de impedir la ratificación como presidente del ganador de las últimas elecciones en ese país. Las imágenes están en todas partes. Ustedes las habrán visto. Yo le puedo dar sonidos, pero más de tres horas de asedio, cuatro personas muertas, una sesión interrumpida la que han tenido que guardar senadores y congresistas en el sótano y otros marcharse por dónde podían. Toque de queda en Washington, movilización de la Guardia Nacional.

¿Estamos hablando de un golpe de estado? Bueno, quizá sea demasiado decir eso, pero sí de un final grotesco para la era de Donald Trump, para este populismo que partiendo de una lectura a veces, incluso, correcta de determinados problemas, ha encauzado la situación económica en EE.UU., propone soluciones extremas con unas formas que tensiona la sociedad hasta el límite. Es lo que ha hecho Trump.

ASALTO AL CAPITOLIO

Contexto: Estados Unidos, país de elecciones de presidentes, de voto indirecto y con cierta complicación. Pues el pasado miércoles lo que tocaba era que las cámaras ratificaran la victoria de Biden. Bueno, pues con ese panorama Donald Trump daba un mitin en Washington donde volvía a negar su derrota electoral hablando de fraude pero, como siempre, sin aportar pruebas.

Bueno, después arremetía contra su propio vicepresidente, al que le ha negado la entrada en la Casa Blanca, Mike Pence, porque se negaba a seguirle el rollo. Trump quería que Pence se pusiera allí en el Capitolio y que se negara a firmar el papel. Bueno, pues entonces llegan los seguidores de Trump, se presentan en el Capitolio y lo acaban asaltando al superar la barrera policial.

Bueno, cuando a miles de personas se les ocurre irrumpir en el Capitolio en un país en el que, recordemos, la Policía retrocedía. En otras escenas que hacía selfies con los asaltantes del Congreso. Eso va a costar algún que otro lamento en el cuerpo de policía de Washington. Bueno, pues la turba rompe cristales, rompe puertas, hace retroceder a los policías. Algunos seguidores llegan hasta el mismísimo hemiciclo, se sientan en los asientos de la presidenta de la Cámara de Representantes. Se evacúa a la gente de allí y luego, en medio de esa tensión, hay disparos. Hasta que no llegó la hora del toque de queda, hasta que no se supo que la Guardia Nacional estuvo en camino no se serenó la cosa.

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LOS OTROS "RODEA EL CONGRESO"

Conclusiones a todo ello porque al final Trump dice: “Bueno, ya, dejad la invasión. Sois unos patriotas, pero bueno, salid de ahí”. Miren, este es un fuerte golpe a la imagen de Estados Unidos, que es la primera potencia mundial que está inmersa en esa lucha por no perder la hegemonía con China. La debilidad de EE.UU. es la debilidad de la democracia liberal frente a modelos autoritarios. Y eso demuestra lo peligroso, y es la segunda conclusión, que no es que la haga un servidor, la hace todo el mundo, que son los populismos sean de izquierdas o de derechas.

Aquí en el moño rojo, Pablo Iglesias, ha salido como buen oportunista que es para decir que esto demuestra que la derecha tal y cual… Todo lo que tú quieras es deslegitimar la democracia liberal y desestabilizar las instituciones. Pero hay que decirle a este cantamañanas que aquí en España los que no han alentado a rodear el Congreso, no hacer una manifestación frente al Congreso, que es diferente, rodear el Congreso, los que asaltaron el Parlamento de Cataluña, asaltar el Parlamento, son los que están gobernando. Y ahora están trazando una estrategia a ambos lados del puente aéreo para garantizarse el poder por largo tiempo. Esto puede suponer un punto de inflexión que paradójicamente refuerce la democracia liberal. Esperemos. O no.

Lo mismo en Estados Unidos el Partido Republicano tiene ahora la coartada o el impulso para quitarse de encima a Trump, que amenazaba con volver a presentarse dentro de cuatro años porque, oiga, sigue teniendo enorme predicamento con el apoyo de la mitad de la población. Y para completar esa foto, además de lo de rodear el Congreso, no olviden ustedes, rodear el Parlamento de Andalucía cuando salió un gobierno que no era el socialista con el de Izquierda Unida. Como cuando el PP ganó en Córdoba las elecciones, Antonio Nieto, 16 de 29 concejales por mayoría absoluta, rodearon el Ayuntamiento y la salida de los concejales del PP estuvo llena de tomatazos y de insultos por parte de toda esta chusma. Oijo.

Nos ha parecido interesante lo que nos ha contado esta madrugada Yanire Braña. Es una española natural de Bilbao que vive en Washington casada con un hombre que trabaja en el gobierno de EE.UU. Dice que se han enterado del lío que se estaba montando en Washington gracias a un sistema de alertas que tienen instalado en sus teléfonos móviles.

EL DISCURSO DEL REY

Según Yanire, a los que viven en Washington esto no les ha sorprendido porque la tensión se veía venir entre los votantes de Trump, que siguen muy movilizados, y los cargos políticos, que empiezan a abandonar al presidente saliente. Eso y que allí se está lamentando mucho la falta de seguridad que había para proteger el Capitolio en comparación con otras jornadas de tensión.

Bueno, y ahora se quieren hablaremos de vacunas, del estado de la pandemia, ayer fue el día de fiesta y, por lo tanto, no se toman datos, como ya saben ustedes. Y hablaremos del discurso del Rey en la Pascua Militar.

El Rey es el Rey de la paradiña. ¿Ustedes se recuerdan de Pelé, Didí: coger carrerilla y antes de chutar pararse casi en seco? El portero se tira al suelo, la portería vacía y metes un gol. Bueno, pues así lo ha hecho en Navidad el rey. Todos rugiendo, los hooligans del Gobierno tirando objetos al campo, el tío se queda quieto, deja que todo se muevan y dispara tranquilo a portería con un discurso de Nochebuena que no rompió nada, sorteo la trampa. Y ayer impecable en la Pascua Militar en favor de la Constitución. Podía enmarcarse porque vale para los que asaltaron y rodearon en los últimos años tres parlamentos: el catalán, el andaluz y el general, el español; vale para los que desde el Gobierno quiere cargarse la Corona y la Constitución; vale para los que quieren invadir el Poder Judicial; vale para los podemos, esquerros, bildus que se quieren cargar el país y vale para los “trump” que con moño aquí y con peluquín en América desprecian la democracia y el Estado de Derecho. El mensaje del Rey no fue para cuatro militares jubilados que dicen tonterías por WhatsApp. El recado fue para Sánchez, Iglesias, Junqueras, Otegi y para los españoles.