Cristóbal: "Me compré un coche y saliendo de trabajar me topé con un control de la Guardia Civil. Se paró, un agente se me acercó y yo no sabía ni cómo soplar"

Los nervios son traicioneros. A veces llegan justo cuando más necesitamos que no lo hagan: en un examen, en una cita importante o incluso en una situación cotidiana que se complica de repente. En La Hora de los Fósforos, nuestros oyentes han aprovechado este viernes para compartir con el equipo todos aquellos momentos en los que los nervios se apoderaron de ellos.

TE PUEDE INTERESAR

Cuarenta personas comienzan a cantar en un vuelo de Bilbao a Barcelona y emocionan a la tripulación con la canción: "A mí me gustaría que me pasara esto en un avión"

Hemos escuchado a Fernando, quien ha contado que hace unos años se apostó con sus hijos que iría a un concurso de televisión. "Fui a Atrápame si puedes. En la primera participación aquello fue terrible. Me temblaban las piernas"

Aun así, la tensión dio paso a la diversión. "Ya cuando hubo una frase que me dijo mi hija, que nunca se me olvidará… me dijo: "Papá, no bailes, que se te va a notar la edad"", ha contado. Al final, lo ha recordado con humor y ha asegurado que "disfrutamos muchísimo". 

PROBLEMAS CON LA GUARDIA CIVIL

La historia más comentada de este viernes ha sido la de Cristóbal, que ha reconocido haber pasado uno de los mayores apuros de su vida por culpa de su coche nuevo. "Resulta que en junio me compré un coche. Estaba acostumbrado al mío de hace 20 años, con su embrague, freno y acelerador de toda la vida", ha explicado.

El problema llegó cuando una noche se topó con un control de la Guardia Civil. "Salgo a la una de la mañana de trabajar y me topo con un control. Había una ristra de coches, y en esto que mi coche se para. Empiezan a andar los coches y a pisar el embrague, a pisar el freno para arrancarlo, y yo cada vez más nervioso.”

Los agentes comenzaron a observarlo con atención. "Todos con una cara como diciendo: "¿Aquí qué ocurre?". Yo me quedé a 50 metros del control" y ha contado cómo comenzó a subir la tensión. Ha relatado cómo el guardia que mantenía las boquillas se acercó a él con un compañero.

Al final, cuando le preguntó el agente si ocurría algo, él tuvo que explicar que el coche era nuevo y todavía no sabía cómo arrancarlo, "y me he puesto nervioso", le dijo. El guardia entonces le pidió que soplara y el oyente "no sabía ni cómo soplar". Afortunadamente, todo quedó en anécdota: el aparato dio 0,0 y Cristóbal pudo continuar. Aun así, ha dicho entre risas, "yo no atinaba cómo arrancar el coche".

"Me miraban con una cara los compañeros...", ha concluido.

"EL CORAZÓN SE ME SALÍA POR LA BOCA"

No han sido los únicos relatos que hemos podido escuchar. También ha llamado Manu, Guardia Civil y estudiante de piano, y ha confesado que tampoco se libra de los nervios. "Yo estudio música en el conservatorio con mi hija y cada trimestre tenemos que hacer una audición. Una de las veces me tocaba a mí. Mi hija tocó la penúltima, y a mí me anunciaban y no salía. Estaba en bambalinas con la profesora, haciéndome aire, blanco, mareado, de los nervios", ha dicho. 

Tanto que sentía que el corazón se le "salía por la boca y blanco como la cal". Pese a aquel episodio, ha aplaudido que este año termina sexto de piano.

Y para rematar, Virginia ha recordado una escena digna de película. "Yo me casé por la mañana en el ayuntamiento y luego me fui a celebrarlo a un restaurante de moda en Madrid. En la mesa de al lado estaba Gerard Butler, el protagonista de 300".

La emoción la desbordó y se puso tan nerviosa que, al coger el móvil, no podía parar de temblar" Empecé "foto, foto". El tío debió pensar que tenía un pequeño retraso o algo así, y me quitó el móvil de las manos. Y se hizo un selfie conmigo, majísimo", ha concluido.