Vicente: "Me puse a nadar de Santa Pola a Torrevieja y se me enredó una bolsa del pecho para abajo. Cuando llegué a la playa me dijeron que se me había bajado el bañador"
Vicente, un 'Fósforo' de 'Herrera en COPE', ha contado cómo su intento de proeza en el mar acabó con un rescate y una situación de lo más embarazosa

Escucha 'la hora de los Fósforos' de este lunes 27 de octubre
Publicado el
3 min lectura17:22 min escucha
El programa Herrera en COPE, en su sección ‘la hora de los Fósforos’ presentada por Alberto Herrera, ha abierto los micrófonos para que los oyentes compartan esas ocasiones en las que se dejaron llevar por un exceso de confianza. Entre las numerosas anécdotas, ha destacado la de Vicente, un oyente que relató una experiencia límite que vivió en el mar.
Una odisea en aguas abiertas
Con 36 años y sin apenas preparación, Vicente decidió apuntarse a la travesía a nado Santa Pola-Tabarca, una prueba de 5 kilómetros. Según ha contado, su experiencia se limitaba a nadar unos 800 metros, pero se sintió capaz de afrontar el reto. "Esa la hago yo", se dijo a sí mismo al ver el anuncio en la televisión.

Fotografía recurso de Torrevieja
Dos semanas antes, participó en una prueba más corta de 3 kilómetros a mar abierto como preparación. Sin embargo, al alcanzar su límite de resistencia, el cansancio se apoderó de él. "Me cuesta pedir socorro, porque ahora no quería quedar así", ha confesado. Para complicar la situación, una bolsa de plástico de un colchón se le enredó en el cuerpo, provocándole una gran angustia.
Un voluntario en piragua se le acercó y le pidió que mantuviera la calma, a lo que él respondió con desesperación: "Consérveme, y me quedo vacío, no podía más". La imagen que describió fue la de "un canelo de 100 kilos flotando en el Mediterráneo".
Tras lograr liberarse y llegar a la orilla, su familia lo recibió con aplausos que él interpretó como un recibimiento heroico. Sin embargo, pronto descubrió la verdadera razón: "Me estaban diciendo que se me había bajado el bañador y no me había dado cuenta".
Del bisturí a un arco sin puntería
Otros oyentes compartieron vivencias similares. Álex, cirujano pediatra, rememoró su primer día en un quirófano para operar una apendicitis. A pesar de sentirse preparado tras meses de formación, la presión del momento le superó: "Me quedé perplejo, me quedé parado y me bajó hasta la tensión", ha explicado. Aunque logró hacer la incisión, su tutor tuvo que continuar la intervención.

Las urgencias de los hospitales catalanes están saturadas
El testimonio de Matías, un oyente ciego, también ha sorprendido en antena. Durante un viaje, se animó a participar en un concurso de tiro con arco. Con humor, relató cómo, tras tensar el arco, lanzó una flecha que acabó impactando en "la diana", provocando el final abrupto del concurso y un gran revuelo.
Aventuras sobre ruedas y en el mar
José, por su parte, contó su experiencia con una bicicleta de montaña recién comprada. Se unió a un ciclista veterano pensando que podría seguirle el ritmo fácilmente, pero la dura subida a Medina le dejó sin fuerzas. "Los caracoles se me pegaban", ha bromeado, explicando que tuvo que llamar para que fueran a recogerle tras llegar a su límite.
Al recordar a un ciclista de más de 60 años, José confesó su exceso de confianza: "Yo dije, este me lo llevo yo". Finalmente, Óscar también ha intervenido para narrar cómo subestimó el esfuerzo de un circuito de hinchables en el mar, una experiencia que le dejó completamente agotado a él y a su amigo. Todas las historias han servido para ilustrar con humor cómo, en ocasiones, la percepción de nuestras propias capacidades puede jugarnos una mala pasada.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.




