"Vivimos de una prórroga desfasada de los presupuestos, de unas cuentas de otra legislatura y otro parlamento; por eso España está paralizada"

Jorge Bustos repasa los principales titulares en su monólogo de las 6H que marcarán la actualidad de este viernes 29 de agosto de 2025

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Son las 6, las 5 en Canarias. Muy buenos días y bienvenido al amanecer de este viernes 29 de agosto, ya el último viernes del mes. Gracias al buen tiempo de ayer jueves, ya no hay incendios activos en Galicia y solo uno continúa en Asturias. Donde aún preocupa el fuego es en Castilla y León.

Se ha iniciado un nuevo foco en la provincia leonesa y no se esperan grandes cambios en el tiempo. Tan solo se prevén chubascos débiles en el noroeste de la comunidad y una leve bajada de las temperaturas mínimas.

Y en el resto de España, pues siguen las alertas amarillas por tormentas en Baleares y Cataluña. Se esperan lluvias débiles en el norte de España y en el resto se alejan las nubes para dejar cielos más despejados. Las temperaturas vuelven a subir en casi todo el territorio, a excepción de Murcia y Alicante.

Los españoles hemos mirado siempre a Francia con admiración o con inquina, pero casi nunca con indiferencia. Todos podemos jugar al juego de decir cosas que se nos ocurren cuando pensamos en Francia.

País vecino, 2 de mayo. Energúmenos tirando nuestra fruta. Cuna de la revolución, cuna de la reacción también. Víctor Hugo, claro. Kylian Mbappé, por supuesto. Absolutismo, Ilustración, Cruasán, Guillotina, Gioconda, Cine de culto, bodegas centenarias, Prêt-à-porter, Catedral de Notre Dame. 

Y sobre todo amor propio, un orgullo de país que allí comparten por igual la izquierda y la derecha, por ejemplo, cuando cantan al unísono la Marsellesa. Chovinismo puede ser, pero qué envidia que allí el patriotismo no se ponga por defecto bajo sospecha.

Bueno, pues ese país, que es uno de los rostros más bellos de la civilización occidental, siempre ha tenido una obsesión con el estado desde los tiempos de Luis XIV. De hecho, en Francia el liberalismo suena casi a blasfemia. Por eso grandes liberales como Jean-François Revel predicaban casi siempre en el desierto, aunque sin perder nunca el buen humor.

Pongamos que surge un gobernante responsable en Francia, o sea, uno que piensa en las próximas generaciones y no solo en las próximas elecciones y toma conciencia de la hipertrofia insostenible del Estado francés. Bueno, pues si este héroe se propone someter ese estado elefantiásico a una saludable liposucción, se topará con barricadas a izquierda y a derecha. Y eso es justamente lo que le está pasando al primer ministro de Francia, que se llama François Bayrou

Y es una pena que lo vayan a echar ahora que hemos aprendido a pronunciar su nombre. Bueno, igual no le echan. Ojalá que no. Parece un tipo responsable, pero el caso es que ha decidido someterse voluntariamente a una cuestión de confianza el próximo 8 de septiembre. ¿Por qué? Pues porque sabe que su país tiene un serio problema de deuda pública. Ahora está en el 114% del PIB. Es la tercera más alta de la Unión Europea después de Grecia e Italia. 

Nosotros no estamos muy lejos, ¿eh? Bueno, pues para soltar lastre, el primer ministro francés ha presentado unos presupuestos bastante austeros para 2026. Con ellos espera ahorrar 50.000 millones de euros a las arcas del Estado, o sea, al bolsillo de los contribuyentes franceses. Y le ha metido en el papel de reformista temerario. Ha propuesto, además, eliminar dos días festivos y eso es lo que ha cabreado definitivamente a los franceses.

Así que lo probable es que el bueno de Bayrou no supere la cuestión de confianza porque la izquierda cree que la deuda es de chicle y que el dinero público no es de nadie. Y porque la extrema derecha no quiere dar oxígeno a Macron ahora que aspira a sucederle. Así que si se cumplen los pronósticos y Bayrou cae, el presidente tendrá que escoger a su quinto primer ministro en dos años. Te cuento todo esto para que veas la diferencia entre tomarse en serio los presupuestos generales de tu estado o hacer como Pedro Sánchez. Bueno, en realidad hubo un Pedro Sánchez que se los tomaba muy en serio.

Aprobar los presupuestos es la primera y principal obligación de un gobierno, porque sin presupuestos no hay nada que gobernar. Un coche sin gasolina, decía Pedro en aquel 2018. Supongo que no se refería al Peugeot que compartía con Koldo, Ábalos y Cerdán. Marca francesa, por cierto, pero era lo único francés que ha tenido Pedro nunca. Me temo, porque llevamos 3 años sin presupuestos y presentar presupuestos, te recuerdo, no es una opción, es una obligación constitucional. Es decir, el presidente del gobierno lleva 3 años vulnerando la Constitución.

¿Te acuerdas la turra que dio con la renovación del CGPJ, Consejo General del Poder Judicial, acusando mañana, tarde y noche al Partido Popular de incumplir la Constitución? Bueno, al final el Consejo se renovó, pero presupuestos no tenemos. Vivimos de una prórroga desfasada, de unas cuentas de otra legislatura, de otro parlamento, de otras elecciones generales y por eso España está paralizada.

No hay planes, no hay diseño de políticas a medio plazo porque no hay modo de financiarlas. Tampoco podemos hacer frente, como se debería, a ninguna contingencia, como por ejemplo un plan serio de prevención de incendios, porque el gobierno tiene que ir rapiñando el sobrante de otras partidas para tapar agujeros.

¿Qué es lo que ha hecho para alcanzar, por ejemplo, ese 2% del gasto militar que nos pedía la OTAN? Bueno, en realidad nos pide el cinco, pero venimos de donde venimos. No hay dinero para mucho más que una especie de limosneo de supervivencia y un aparentar que se gobierna sin gobernar.

Hace una semana le preguntaron a la ministra del ramo si pensaba presentar de una vez unos presupuestos generales del Estado y mira que a veces es difícil entender a María Jesús Montero, no por su acento, eh, sino por su sintaxis. Bueno, pues esta vez se le entendió todo. Señora ministra, ¿va a cumplir usted por fin con su deber constitucional de presentar unas cuentas públicas para 2026?

Gracias, ministra. Pues entonces, ¿está todo claro, no? Ahora solo falta que nos digan el calendario para elaborar el techo de gasto, para votarlo y para fijar después la fecha final del debate presupuestario. Vamos a ver este otoño, esta secuencia de acontecimientos. Pues la compañera de gabinete de doña María Jesús Montero y ministra portavoz del gobierno no parecía tenerlo del todo claro esta semana.

Sabemos perfectamente del trabajo, que además no va a ser un trabajo sencillo y ahí estamos con la misma voluntad, con las mismas ganas y desde luego también me van a permitir que semanas después del anuncio del presidente del gobierno yo les pueda decir que partido a partido.

Voluntad, ganas. Hemos pasado del rotundamente sí de María Jesús Montero a parafrasear al Cholo Simeone en una semana. A ver, repetirlo del partido a partido suena ya a intento desesperado de quitarse presión. Y en un equipo de fútbol todavía. Pero es que un gobierno no puede vivir al día. Se supone que un gobierno tiene un plan que va más allá de llegar vivo al domingo que viene.

En su columna del Confidencial, Ramón González Ferriz rescata los últimos ejemplos de responsabilidad política que han dado las democracias de nuestro entorno en lo tocante a esto mismo, a la cuestión presupuestaria:

Bayrou está dispuesto a renunciar al cargo si no logra aprobar la ley central de su política, de su proyecto.

El excanciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, echó a su ministro de finanzas, ministro de su coalición liberal, por apartarse de lo prometido en el programa electoral. Así solo salen varias, fíjate, si no cumplen su palabra, los echan. Y luego Scholz se sometió a una moción de confianza sabiendo que la iba a perder y anticipó unas elecciones sabiendo que también las iba a perder y efectivamente las perdió. Y ahora gobierna el conservador Merz.

Los tories británicos echaron a su propia primera ministra, a Liz Truss, ¿te acuerdas? ¿Por qué? Porque presentó un presupuesto austericida que hasta los mercados rechazaron porque proponía una inviable de más gasto con menos impuestos.

Y Mario Draghi renunció al cargo de primer ministro italiano porque uno de los partidos de su coalición se negó a apoyar su paquete de medidas económicas.

Todo esto se llama coherencia, se llama responsabilidad política y se llama también vergüenza torera. Cuando no tienes presupuestos, que es la ley medular de tu proyecto político, te vas a tu casa y convocas al pueblo a pronunciarse en las urnas.

Y ojo, no descartemos que finalmente este sea el plan, ¿eh? Acabar presentando una lista a los Reyes Magos, sabiendo que Podemos, Junts, PP y Vox no la apoyarán, y usar esa derrota parlamentaria como palanca, como trampolín para victimizarse y para tratar de levantar un relato que reparta las culpas entre el obstruccionismo de la derecha y el resentimiento de Podemos. 

A ver si cuela y ir con ese relato a las elecciones generales. Sánchez ya lo hizo una vez, eh, en 2019, aprovechando la famosa foto de Colón y el voto en contra al techo de gasto de Esquerra Republicana. Le salió bien. Eran otros tiempos y eran otras encuestas, claro. Pero no se me ocurre otra salida digna para este coche sin gasolina llamado sanchismo

La otra opción, la menos digna, es que renuncie a salir de su laberinto, que se encierre en el búnker, hasta que lo saquen los españoles en 2027, que es exactamente lo que está haciend

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