Odisea de un botánico español por el Orinoco en busca de una misteriosa flor

La ciencia también se mueve por la emoción. Así ha quedado patente en el programa 'Herrera en COPE', donde Alberto Herrera y María José Navarro, en la sección 'A Ciegas', han explorado la faceta más humana de la investigación científica. El punto de partida ha sido el vídeo viral de un biólogo que, entre lágrimas, celebraba haber encontrado una de las flores más raras del mundo en Sumatra, una raflesia que llevaba buscando trece años, una emoción que el botánico español Carlos Magdalena comprende a la perfección.

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Un descubrimiento muy especial, por María José Navarro | A Ciegas en Herrera en COPE

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Una foto, el inicio de todo

Carlos Magdalena, investigador en el prestigioso Botanical Garden Kew en Londres y experto en nenúfares gigantes, ha explicado que sus mayores descubrimientos han comenzado, en ocasiones, de la forma más inesperada. "De repente un día me encuentro una foto en Internet y me pregunto, '¿qué es esto?'. Y cuando ya te preguntas eso, ya empieza la investigación", ha confesado en antena. Así, tirando del hilo de una simple imagen, llegó a identificar no solo una nueva especie, sino la que ostenta un récord mundial.

Gracias a ese método, ha contado, "encontré la especie de nenúfar más grande del mundo, no solo eso, sino que es la planta que tiene las hojas más grandes del mundo", con un tamaño de 3,12 metros y una superficie de 8 metros cuadrados. La resistencia de las hojas es tal que, según ha relatado, podía poner a su hijo a flotar sobre ellas e incluso saltar encima sin que se hundieran.

Es parte liberación, parte emoción, parte que te da la risa, casi de la alegría"

Carlos Magdalena

Botánico

A la caza del nenúfar perdido en el Orinoco

El botánico también ha compartido una de sus aventuras más memorables: la búsqueda de un nenúfar en la zona alta del Orinoco, en Colombia, un lugar donde en teoría no existían. Basándose en una única foto de satélite de Google Maps, Magdalena organizó una expedición que tardó dos años en materializarse debido a la complejidad de los permisos y la logística. El acceso al lago remoto donde supuestamente se encontraba la planta solo era posible durante la temporada de inundaciones, navegando en barca por el bosque.

Tras seis días de búsqueda infructuosa, la última noche y con la esperanza casi perdida, la suerte cambió. Mientras se tomaba una cerveza, el hombre que manejaba el motor de la barca se le acercó al verlo abatido. "¿Pero por qué está usted tan triste?", le preguntó, para después sentenciar: "Ah, pues yo sé dónde están". La condición era salir a las dos de la mañana.

Me dijo: 'Si usted se levanta a las 2 de la mañana, yo lo llevo' y decidí no acostarme"

Carlos Magdalena

Botánico

Sin dudarlo, el científico se embarcó en una lancha a las tres de la mañana para navegar por el río Orinoco a casi 70 kilómetros por hora en plena oscuridad. El piloto local, ha descrito Magdalena, usaba los árboles como sus particulares "señales de tráfico", en una escena que le recordó a la trinchera de la "Estrella de la Muerte" en la "Guerra de las Galaxias".  Al amanecer, llegaron a un lago y allí estaban: cinco plantas, dos de ellas en flor.

La emoción, ha recordado el botánico, no fue de llanto, sino de una enorme alegría, que se sumó al gesto de orgullo del barquero. "Se pegó un par de pintazos así en el pecho, en plan, 'hasta la victoria siempre', y se me saltaron las lágrimas", ha relatado.  Aquel momento fue la verdadera recompensa a todo el esfuerzo invertido.

La emoción de la ciencia

Al reflexionar sobre la reacción del biólogo en Sumatra, Magdalena ha ofrecido una explicación cargada de empatía. Para alguien que lleva 14 años buscando una planta esquiva, que vive dentro de otra y florece apenas un par de días, el hallazgo es un momento cumbre. "Es parte liberación, parte emoción, parte que te da la risa, casi de la alegría, pero también tienes que soltar la emoción de alguna forma, y muchas veces te saltan las lágrimas", ha concluido, reafirmando la idea de que los científicos son los nuevos humanistas, tal como apuntó Alberto Herrera.