Ahora mismo Málaga es protagonista de ser uno de los lugares punteros de Europa donde se da un salto gigante en la revolución tecnológica. En Fin de Semana con Cristina hablado muchas veces de Inteligencia Artificial, androides, computación cuántica, realidad virtual... Y vemos cómo poco a poco todo esto se va haciendo realidad. Lo difícil, como todo lo que tiene que ver con la tecnología, es la aplicación práctica.

Málaga es, ahora mismo, el primer lugar de la Unión Europea en el que se pone en marcha un servicio de autobús autónomo. Es una tecnología que lleva años sembrando dudas, proponiendo avances y creando soluciones a un sistema que en algún momento tendría que llegar.

Aún está en fase de pruebas y, como toda práctica, necesita a un supervisor, en este caso humano y con años de experiencia en el servicio. Antonio Padilla es conductor de autobuses en la compañía Avanza y lleva trabajando más de 20 años, y ha estado en Fin de Semana con Cristina, donde ha explicado que su trayecto, entre el Puerto de Málaga y el Parque de la Ciudad, “pensado para los cruceristas y es un recorrido muy bonito”. Un recorrido que ahora hace con ese autobús puntero, pero claro, en los primeros días, a la hora de subirse, la gente preguntaba si el autobús es seguro. ¿Lo es? “En principio se sorprendían mucho al ver que se conducía solo”, asegura Antonio, “y cuando se pone en marcha y se ve es realmente fascinante porque, cuando empezamos con el proyecto y me senté las primeras veces en el asiento del conductor, mi primera iniciativa era coger los pedales y el volante. Cuesta trabajo al principio porque te quedas sorprendido, ver el volante girar solo, hacer sus rotondas, detecta todo movimiento alrededor y ves todo en las pantallas”.

Padilla reconoce que “al principio sí que cuesta relajarse y dejarse en manos de la máquina”: “Poco a poco te vas acostumbrando y vas más pendiente solo de los peatones. Sí es verdad que me pongo un tenso cuando pasa algo imprevisto con un peatón o un niño porque mi intención es que el autobús responda como tiene que responder, para eso estoy yo, el conductor, para responder si el bus lee tarde o no lee”. “Por ahora, en el periodo de pruebas, sí tuve algún sobresalto como pegarse al bordillo más de la cuenta, pero luego cuando lo inauguramos ya estaba todo más que probado y digerido”, reconoce.

“Relajarse conduciendo nunca porque siempre es responsable el conductor aunque vaya el autónomo”, asegura Antonio, “de todas maneras las velocidades son pequeñas, así que da tiempo a reaccionar sobradamente. Tenemos tres modos de conducción y la velocidad máxima son 20 Km/h”.

Sobre el panel de mandos, Padilla explica que “el 80 % es igual, luego aparte lleva una pantalla donde está el sistema de satélite, las detecciones de cámara, todas las lecturas de pasos de peatones, etc., todo eso va en esa pantalla digital, acoplada al mando de instrumentación del vehículo”.

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Dado que la velocidad está programada y es escasa, Antonio reconoce que “es ideal, cómoda, suave, incluso cuando reconoce que delante hay un badén se detiene un poco para tomarlo con suavidad, y la rotonda igual. No se ve riesgo de peligro, se puede ir con tranquilidad”.

Respecto de la conducción humana comparada con la informática, “no hay diferencias porque entre los conductores y los programadores hemos sido los que hemos decidido lo que el bus tiene que hacer bajo nuestra forma de conducir. Si ha habido algo, se ha corregido”, detalla.

¿Lo ve posible en todos los vehículos? “Sí, en un futuro próximo o a medio largo plazo lo veo, es una ayuda más a la conducción, es algo que va a venir para todo, igual que hemos tenido sensores de lluvia o programaciones de velocidad en carretera, los avisos de frenada… es un avance más que, poco a poco, se va a implementar”, finaliza el conductor.