
"Cuando un presidente antepone sus intereses personales al bien general, abona el campo para los que roban y abusan. Si él se beneficia, ¿por qué no hacerlo también?"
España amanece este tercer domingo de Adviento entre el estrés previo a la Navidad, el temporal que golpea a varias comunidades y un clima político marcado por los escándalos de corrupción, el desgaste institucional y el hartazgo ciudadano ante un poder que se aferra a sí mismo.
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¡¡¡Muy buenos días, España!!! Es 14 de diciembre y tercer domingo de Adviento. Encendemos la tercera velita de la corona; eso significa que el próximo fin de semana es la puerta de la Navidad. Son días de cenas de amigos y compañeros, compras y preparativos y, oye, me ha entrado tanto estrés que he tenido que parar y preguntarme por qué hago todo esto. Mirar al Niño Jesús del pesebre y darme cuenta de que la paz no viene de mis actividades frenéticas, sino de hacer silencio.
En Valencia y Almería la calma es obligatoria, pobrecillos míos. Hay aviso rojo por lluvias torrenciales hoy, que en algunos lugares pueden incluso superar los 250 litros por metro cuadrado. Lo peor amenaza con caer en el Valle de Almanzora y los Vélez, en Almería, donde ya ha empezado, y en el litoral de la provincia de Valencia. Hay aviso naranja además, que significa también peligro importante, en Castilla-La Mancha, Murcia y Ceuta. Toda precaución es poca.
Y medidas cautelares para todos los arrestados el viernes por los escándalos del Partido Socialista. Se les ha retirado el pasaporte, no pueden salir de España y tendrán que acudir regularmente a personarse al juzgado. Son seis, para empezar: los tres detenidos por el presunto blanqueo de dinero de Venezuela con el rescate público de la aerolínea Plus Ultra, entre ellos su presidente y su director general.
Y el trío del que formaba parte la fontanera del PSOE, Leire Díez, con Antxon Alonso, socio de Santos Cerdán en la empresa navarra Servinabar, y el expresidente de la SEPI y colaborador de la ministra María Jesús Montero, Vicente Fernández. Los tres tenían un grupo de WhatsApp en el que se iban contando las mordidas que cobraban por conseguir favores del Gobierno para determinados empresarios y las comisiones que cobraban por la venta de inmuebles de Correos, empresa pública en la que había trabajado Leire. Se habrían amañado contratos por al menos 132 millones de euros. Entre las empresas favorecidas con tu dinero y el mío estaban Tubos Reunidos, que fue rescatada por más de 100 millones de euros; Enusa; Mercasa; el parque empresarial del Principado de Asturias y Forestalia. La trama empleó sus influencias y contactos para garantizar adjudicaciones y rescates. El grupo de WhatsApp que los unía —que hay que ser bobo para delatarse así— se llamaba Hirurok, que en vasco significa “nosotros tres”. Míralos. Nosotros tres.
Aunque Pedro Sánchez sigue pidiendo a los suyos que aguanten, hay mucho malestar en el partido. A lo largo de la mañana el presidente participará en un mitin en las elecciones de Extremadura y mañana tiene previsto un encuentro con la prensa. Después empezará el silencio parlamentario hasta febrero y santas pascuas.
En la calle hay un bulle bulle de hartazgo general. Lo raro es que, por primera vez en la historia reciente, la izquierda se aferra al poder diciendo que es peor que venga la derecha y parece no advertir que impedir la alternancia de partidos es antidemocrático. Estamos, pues, no solo en una deriva de polarización, sino de radicalización.
Monseñor Luis Argüello, presidente de los obispos españoles, ha expresado este estado de ánimo general y ha pedido que se deje expresarse al pueblo en las urnas. En respuesta a una pregunta del periódico La Vanguardia, pedía elecciones, moción de censura o cuestión de confianza.
Muestra de este ambiente asfixiante es el desmoronamiento del PSOE de cara a las elecciones del próximo fin de semana en Extremadura. Hoy saca encuesta ABC y, es alucinante, el 76 % de los votantes socialistas de las anteriores elecciones cree que Gallardo, que amparó el enchufe para el hermano de Sánchez, no debería ser el candidato del PSOE. Es alucinante que Pedro Sánchez haya antepuesto sus intereses familiares y arruinado con ello las expectativas del partido. Entre familia y Gobierno, elige familia. En el sondeo de ABC, una abrumadora mayoría de encuestados, el 71 %, considera que la Diputación de Badajoz creó expresamente el puesto para el hermano del presidente. Un 74 % piensa que Gallardo estaba al corriente y permitió la contratación y el 80 % afirma que el PSOE tendría que haber presentado otro candidato.
Cuando un presidente antepone sus intereses personales al bien general, abona el campo para los que roban y abusan. Si él se beneficia, ¿por qué no hacerlo también?
Ha empezado la cuenta atrás. El próximo domingo, elecciones en Extremadura y, en febrero y marzo, en Aragón y Castilla y León. La gente va a empezar a sacudirse el yugo de este hombre guapo y chulo.



