Premiar a los hijos por sacar buenas notas o hacer las tareas de la casa... ¿sí o no?
La Escuela de Vida se despide del mes de junio debatiendo sobre la manera de reforzar a los menores y motivarles con estudios y responsabilidades de casa

La Escuela de Vida, sobre premiar a los niños por hacer las tareas del hogar
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¿Deberían los padres 'premiar' a los hijos que realizan las tareas del hogar? Es un debate que se ha instalado en el seno del equipo de Fin de Semana y que se ha trasladado a la Escuela de Vida, en la que se reúnen cada semana Ingeborg Schlichting, Carmen Candela y Pedro Martínez.
Pedro Martínez es el psicólogo de cabecera de Fin de Semana defendía que "no hay que emplear el mercantilismo a la hora de generar valores y actitudes ante la vida. Eso decimos los psicólogos. El mayor de los refuerzos ha de ser social: sintiéndose alegre, contento y enormemente orgulloso de aquellos hijos que hacen las cosas por iniciativa y no por una contrapartida monetaria. Eso es lo que planteamos. Y por ello hay que tenerlo claro a la hora de educar desde el inicio".
Con la postura del especialista en salud mental coincidían Carmen Candela e Ingeborg Schlichting, que orientaba el asunto hacia los estudios: "Se discute mucho si hay que premiarlos cuando lo hacen muy bien... yo creo que si un día hacen un logro significativo se les puede hacer un regalo. Pero decir a un hijo "si apruebas el examen te vamos a dar..." me parece contraproducente (...) una generación que se piensa que todo esfuerzo ha de estar recompensado".
En opinión de Carmen Candela, madre de seis criaturas y abuela de otras tantas, se puede premiar a los niños afectivamente: "Yo no he tenido hijos extraordinariamente estudiosos y cuando han sacado buenas notas me los he comido a besos, los he jaleado, les he felicitado... y luego a nivel laboral me han funcionado muy bien". Y añadía que no entiende los padres que, cuando hijo logra un sobresaliente en las notas, se le premia con un regalo: "No lo veo... ¡lo que tienen que hacer es sacar buenas notas!".
¿Y qué pasa cuándo a los chicos les cuesta echar una mano con las tareas del hogar? "Yo siempre digo lo mismo: los padres y madres tenemos un trabajo de educación tan pesado... porque es repetitivo repetitivo... hay que seguir llamando la atención hasta que llegue un momento en que salgan de su bucle y si no salen... da igual. Tu obligación es seguir llamándoles la atención".