Un ingeniero químico advierte del riesgo invisible que esconde la lluvia: está repleta de microplásticos
Roberto Rosal explica en 'Fin de Semana' cómo estas partículas llegan a todas partes, desde la Puerta del Sol hasta la Antártida

Escucha la entrevista a Roberto Rosal, ingeniero químico, sobre el plástico y lo peor de la cadena de borrascas que barren España
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Girar la cabeza hacia el cielo para beber las gotas de lluvia puede entrañar un riesgo invisible. El agua que cae ya no es solo agua, sino que contiene numerosas partículas de microplásticos y otras sustancias químicas.
Así lo ha explicado el ingeniero químico e investigador de la Universidad de Alcalá de Henares, Roberto Rosal, en el programa 'Fin de Semana' de la Cadena COPE con Cristina López Schlichting, donde ha confirmado que estas partículas están presentes en el agua del grifo, la embotellada y, por supuesto, la de la lluvia.
¿Cuánto plástico nos rodea?
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El investigador ha señalado que vivimos "rodeados de plástico", un material con tendencia a fragmentarse en lo que se conoce como microplásticos: partículas menores de 5 milímetros. Como ejemplo, ha citado un estudio realizado en Madrid que calculó que en un espacio como la Puerta del Sol se depositan alrededor de 1.000.000 de microplásticos por día, lo que equivale en peso a unos 200 o 300 miligramos, "el envoltorio de un caramelo".
Aunque la cantidad parece moderada, Rosal ha advertido que se trata de un riesgo potencial que tenemos que evaluar. El objetivo, según el científico, no es erradicar el plástico, sino "mantenerlo en unos niveles que sean asumibles, que no causen daño". Para ello, ha afirmado que "no hay que volver al mundo anterior al plástico, que es algo que no tiene ningún sentido", pero sí se pueden evitar usos triviales y mejorar la gestión de estos materiales al final de su vida útil.
El error más común al reciclar
Para reducir el impacto de estos residuos, Rosal ha hecho hincapié en la correcta gestión de los plásticos por parte de los ciudadanos. En este sentido, ha aclarado que al cubo amarillo solo deben ir los envases, es decir, aquellos productos que lleven el sello correspondiente. Arrojar otros objetos como "bolsas de plástico o cubiertos de plástico" es inadecuado, ya que "conduce a que terminen en el vertedero o, en el mejor de los casos, incinerados", porque no se reciclan.

Reciclaje
La calidad de los productos que compramos también es un factor determinante. El experto ha indicado que la ropa con tejidos sintéticos de buena calidad "va a emitir menos fibras microplásticas que si es de mala calidad". Por ello, ha concluido que "la fast fashion también influye en el impacto que tiene el plástico sobre el medio ambiente".
La fast fashion también influye en el impacto que tiene el plástico sobre el medio ambiente"
Ni la Antártida se libra
La presencia de microplásticos es un fenómeno global que alcanza incluso los lugares más remotos del planeta, desde la cima del Everest hasta la Antártida. Rosal ha explicado que, en estas zonas especialmente protegidas, la contaminación procede de las personas que se encuentran allí, como los científicos, a través de las fibras de la ropa que utilizan, pinturas de sus bases o restos de aislantes.
Respecto a los estudios que afirman haber encontrado microplásticos en la placenta de las embarazadas, la leche materna o el cerebro, el investigador ha pedido prudencia. En su opinión, muchos de estos hallazgos pueden ser "resultados erróneos" porque se "utilizan técnicas inadecuadas" o por la facilidad de "contaminar una muestra" en ambientes médicos, donde hay una "barbaridad de plástico".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.




