El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, ha asegurado que "nuevas formas de pobreza están trayendo nuevas modalidades de trata de personas" y ha animado a "poner rostro a esta realidad y sacar del anonimato a quien sufre esta esclavitud" como un "comienzo de liberación personal".

Con motivo de la celebración este lunes de la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata, Elizalde, responsable de este área en la Conferencia Episcopal Española, ha escrito una carta abierta a toda la sociedad "con la mente puesta en esas miles de personas, en su inmensa mayoría mujeres y niñas, que sufren por esta causa para que se conciencie de esta realidad y no dé la espalda a quien la padece", han explicado desde la Diócesis de Vitoria.

La carta comienza con un recuerdo a la sudanesa Santa Josefina Bakhita, nombre que "da rostro" a esta jornada al ser víctima de la trata a finales del siglo XIX y, "tras mucho dolor y sufrimiento, conseguir la libertad". Al poco tiempo, ingresó como religiosa en Venecia y murió en 1947, siendo canonizada por el Papa Juan Pablo II en octubre de 2000.

"Ella es símbolo de África, por su origen; del absurdo del racismo, por su negritud; de las mujeres maltratadas, por la violencia que padeció; de la fe de los pobres, pues su única posesión fue un crucifijo; y de la reconciliación que encarnó. Su vida es un signo de nuestros tiempos; posee el don de la universalidad", destaca Elizalde.

El obispo de Vitoria recuerda que en la trata, "donde hay un tráfico de personas en medio de amenazas, uso de la fuerza y otras formas de coacción y donde se obtienen beneficios por explotar personas", son las mujeres y niñas "el principal objetivo" especialmente "por su marginación, por su falta de recursos materiales y porque pertenecen, en mayor número, a los sectores sociales que son invisibles en algunas zonas del planeta".

También advierte que "aquellas personas que proceden de familias empobrecidas y mujeres que se dedican a la agricultura a pequeña escala, la venta ambulante, jornaleras, limpiadoras y otros trabajos no cualificados son también potenciales víctimas de esta realidad".

En este sentido, alerta de que "esta pandemia que azota a toda la Humanidad, se ceba con este colectivo de personas especialmente vulnerables".

Elizalde apunta que, "así como estamos descubriendo nuevas pobrezas, están surgiendo nuevas y distintas modalidades de trata de personas en pleno siglo XXI" y subraya que "poner rostro a esta realidad dramática y sacarlas del anonimato supone un comienzo de liberación para todas ellas y un freno para quienes se lucran de esta esclavitud".

Finalmente, agradece su trabajo a todas las personas que trabajan desde organismos eclesiales y a Fuerzas y Cuerpos de Seguridad "su labor contra las mafias".

ENFRENTARSE AL 2021

Ante la imposibilidad de reunirse en Madrid por las medidas de confinamiento municipal, el obispo de Vitoria se ha reunido por videoconferencia con su equipo en este área y han puesto en común los principales retos para este 2021 encaminados a "trabajar desde los muchos organismos eclesiales repartidos por todo el país para frenar la trata de personas", han explicado desde la Diócesis alavesa.

Desde la Delegación de Trata de la Conferencia Episcopal han elaborado además una publicación de 60 páginas, disponible gratuitamente en la Librería Diocesana y en la web www.diocesisvitoria.org, donde se puede leer íntegramente la carta del obispo de Vitoria, la biografía de Santa Josefina Bakhita, "textos para reflexionar", oraciones, testimonios de personas víctimas de la trata, cifras sobre la actividad de la Iglesia en la lucha contra la trata y palabras del Papa Francisco sobre este asunto, entre otros contenidos.

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También desde el Departamento de Trata de Personas de la Conferencia Episcopal han organizado una Vigilia de Oración online este lunes, a las 19.00 horas, a través de YouTube.

En Vitoria, la iglesia de San Antonio acogerá a las 19.30 horas una eucaristía organizada por la Delegación de Migraciones de la Diócesis de Vitoria, centrada en la trata de personas y presidida por el obispo. El aforo será limitado y habrá control de medidas de seguridad sanitarias.