Los trabajadores de las deixalleries de Menorca denuncian falta de personal y precariedad laboral
La plantilla alerta de que el servicio está “al borde del colapso” por la sobrecarga de trabajo, contratos temporales que no se ajustan a la realidad y la falta de previsión en las épocas de mayor afluencia

Entrevista en Herrera en Cope Menorca con Nicola Coll, representante de los trabajadores
Menorca - Publicado el - Actualizado
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La plantilla alerta de que el servicio está “al borde del colapso” por la sobrecarga de trabajo, contratos temporales que no se ajustan a la realidad y la falta de previsión en las épocas de mayor afluencia.
La red de deixalleries de Menorca atraviesa un momento crítico. Los trabajadores advierten que el servicio se sostiene a duras penas y que puede colapsar en plena temporada alta si no se refuerzan los recursos humanos. Según denuncian, la empresa pública TRAGSA, que gestiona el servicio desde agosto de 2022 a petición del Consorci de Residus i Energia de Menorca (CREM), no ha sabido planificar ni dimensionar la plantilla de acuerdo con el fuerte incremento de usuarios y residuos
Plantillas insuficientes y estrés laboral
La red dispone de unos 16 trabajadores, una cifra claramente insuficiente para atender la demanda en puntos como Maó, Sant Lluís, Alaior y Ciutadella. En muchas jornadas, un solo operario atiende instalaciones que requieren al menos dos o tres personas, con medias de 100 usuarios diarios y picos aún más altos en verano.
El déficit de personal se agrava con las bajas médicas o las vacaciones. Entre mediados de julio y principios de agosto, hubo hasta diez jornadas en las que un único empleado asumió todo el servicio, generando sobrecarga, estrés y un deterioro evidente de las condiciones laborales.
Aunque el CREM introdujo mejoras en 2024 —como ampliación de horarios, más descansos y algún refuerzo de plantilla—, las medidas resultan insuficientes frente al aumento del 16% de residuos recogidos en un solo año, lo que multiplica la presión sobre la plantilla.
Contratos precarios y funciones sin reconocer
Uno de los puntos más polémicos es el modelo de contratación. TRAGSA utiliza contratos temporales que, según los trabajadores, no se ajustan a la realidad de plazas estructurales, generando precariedad e inestabilidad. En marzo se produjo un despido improcedente reconocido con indemnización, lo que evidenciaría que la modalidad aplicada estaba en fraude de ley.
A ello se suma la clasificación profesional. El personal figura en la categoría de peón, pero desarrolla tareas de mayor responsabilidad, como control de báscula, funciones administrativas, atención telefónica, gestión de cambios de cubos y control de vaciados. El sindicato CC.OO. insiste en que este desfase entre funciones y categoría laboral debe resolverse para garantizar reconocimiento profesional y evitar abusos.
El malestar va en aumento y, según la plantilla, si no se refuerza el servicio y se reconocen sus derechos, el conflicto laboral podría convertirse en un conflicto social con impacto directo en la ciudadanía.
Un servicio esencial y gratuito para los vecinos
Más allá del conflicto laboral, los trabajadores destacan que las deixalleries son un servicio gratuito y esencial para la correcta gestión de residuos domésticos. Están disponibles en todos los municipios, salvo Es Castell, que se apoya en Maó y Sant Lluís por proximidad.
En estas instalaciones se pueden depositar cartón, plásticos, pilas, electrodomésticos, voluminosos, restos de poda o material de jardín, entre otros residuos. El único requisito es el registro como usuario, pero sin coste alguno para el ciudadano.
La plantilla recuerda que los problemas de acumulación de basura en las calles de Maó corresponden a otra empresa encargada de la recogida puerta a puerta, y no están vinculados al servicio de puntos verdes.
Con la temporada estival en pleno auge y la presión sobre el servicio creciendo, los trabajadores piden un plan serio de refuerzo y estabilización que evite el colapso de un recurso imprescindible para la isla.