Dilema en redes sociales
Una chica de Barcelona se baña en la piscina y, al salir, la petición que le hace el socorrista hace que tenga que llamar a un amigo
La instagramer Marta Bustos Góngora comparte en sus redes sociales el dilema que le surgió tras ser abordada por un socorrista y abre un debate sobre la honestidad y la exposición en las primeras citas.

La instagramer Marta Bustos Góngora ha compartido una experiencia surrealista
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La popular instagramer Marta Bustos Góngora, conocida en redes como @stuntmanmarta, ha generado un interesante debate entre sus seguidores a raíz de una anécdota personal que vivió recientemente en una piscina de Barcelona.
La situación, que comenzó con una propuesta inesperada por parte de un socorrista, derivó en una profunda reflexión sobre la honestidad, la intimidad y las expectativas en los primeros compases de una posible relación. Bustos decidió compartir su dilema a través de un vídeo, buscando la opinión de su comunidad y abriendo lo que ella misma calificó como un “melón importante” sobre cómo y cuándo debemos mostrarnos tal y como somos ante un potencial interés amoroso.
El dilema de las gafas de sol
Todo comenzó un día cualquiera, al finalizar una jornada de baño. “Yo he estado en una piscina y cuando estaba recogiendo para irme, se me acercó el socorrista, me dijo que si alguna vez me podía invitar a algo”, relata la influencer.
El principal matiz de la historia, y el que desencadena toda la reflexión posterior, es que ella llevaba gafas de sol en ese momento. “Claro, el chico no me vio los ojos”, puntualiza. Aunque rechazó la invitación amablemente porque no sintió una atracción inicial, la mente de Marta Bustos no pudo evitar plantearse un escenario hipotético: ¿qué habría pasado si el chico sí le hubiera gustado? Es aquí donde se encuentra con una encrucijada que expone una vulnerabilidad muy personal.
“¿Qué hago? Es raro de repente quitarme las gafas y decirle, oye, antes de nada, tengo los ojos como raros”, se pregunta. Esta opción le genera incomodidad, ya que considera que una revelación tan directa podría forzar una conversación íntima para la que quizás no es el momento adecuado. “Eso sería como si yo estuviera dando pie a que él me preguntase, a contarle mi vida, etcétera. Y tampoco lo veo normal, lo veo como raro”, confiesa.
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La otra cara de la moneda sería no decir nada y aceptar la cita. Pero esto la lleva a otro escenario que también le produce inquietud. “Pongamos que no le digo nada, accedo a tener una cita con él, llego a la cita y me quito las gafas y él se encuentra con esto”, explica, refiriéndose a la particularidad de sus ojos.
La pregunta que le atormenta es sobre el momento adecuado para esa 'revelación': “¿En qué momento tengo que descubrirme? No sé si me explico”. Esta duda la sumerge en un conflicto interno: “Por un lado me siento como si estuviera engañando a la gente, si me ven con las gafas de sol, pero por otro, tampoco creo que esté obligada yo de repente como a desnudarme y a contarle toda mi vida”.

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Buscando consejo y abriendo el debate
Para intentar aclarar sus ideas, Marta compartió la anécdota con un amigo, quien le ofreció una perspectiva externa. “Él me decía que yo no estaba engañando a nadie y que todos somos libres de rechazar a alguien si vemos algo que no nos gusta, ya sea una característica física o algo que conozcas más adelante”.
A pesar de este consejo tranquilizador, la influencer decidió llevar el debate a su comunidad de Instagram, consciente de que es una situación compleja sin una única respuesta correcta. “Necesito saber vuestra opinión, chicos y chicas”, solicitó, preguntando directamente a sus seguidores si se sentirían molestos si no se les advirtiera de algo así desde el principio o si, por el contrario, lo verían como algo normal.
Más allá del profundo dilema, la historia tenía un giro final que la propia Marta Bustos calificó como “buenísimo”. La manera en que el socorrista decidió romper el hielo fue, cuanto menos, memorable. “Me viene y me dice, ‘¿te puedo hacer una consulta?’. Yo, ‘sí, claro’. Y me dice, ‘¿tú sabes cuánto pesa un oso polar?’”, narra en su vídeo.
Su respuesta, improvisada y dubitativa, fue que no lo sabía con exactitud, pero que imaginaba que pesaría unos “500.000 kilos”. La réplica del socorrista fue la clave de su original estrategia: “Lo suficiente para romper el hielo. Hola, soy tal, mucho gusto”.

Marta habló en COPE de su historia
La reacción de la instagramer fue de admiración total. “¡Buá! Es buenísima, no sé, a mí me encantó”, admite con entusiasmo. Aunque reiteró su negativa a la cita, no dudó en aplaudir su audacia y animarle a seguir utilizando esa técnica. “Le dije que no dejara de hacer eso”, comenta, y añade una anécdota personal que refuerza su punto de vista: “Yo a mi ex, de hecho, lo conocí así”. Para Bustos, la valentía es un factor clave en la seducción. “Me parece muy atrevido. No sé, si te gusta una persona, ve a por ella”, concluye, lanzando finalmente una invitación a sus seguidores para que compartan otras formas originales de iniciar una conversación, porque, según ella, la del socorrista “es oro”.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.