Lola Voltes, psicóloga en Vecindario, Gran Canaria: "Una mujer que sufre violencia sexual presenta síntomas ansioso depresivos, baja autoestima, miedo y muchas veces culpa"

Desde la puesta en marcha en mayo de los cinco nuevos centros de asistencia integral 24 horas a víctimas de violencia sexual en Canarias, las cifras han destapado una realidad preocupante: de las 160 urgencias atendidas, 35 víctimas eran menores de edad, lo que supone un 23% del total. Así lo explica en una entrevista en Herrera en COPE Canarias la psicóloga Lola Voltes, del centro de Vecindario (Gran Canaria), uno de los recursos gestionados por el Instituto Canario de Igualdad.

La pornografía y la falta de educación, en el punto de mira

Voltes alerta de un notable aumento de las agresiones sexuales entre los más jóvenes. La psicóloga lo atribuye directamente a "una problemática con el acceso a la pornografía, el uso de Internet sin información y sin educación afectivo-sexual". Según la experta, esta situación está generando una erotización de la violencia y la "normalización del sexo no consentido".

Para revertir esta tendencia, Voltes insiste en la necesidad de mejorar las políticas preventivas. "Tiene que mejorar la educación afectivo-sexual en la infancia y adolescencia con programas bastante adaptados a las diferentes etapas evolutivas", afirma, y subraya el papel clave de las familias. Considera que la intervención familiar es "el mayor factor protector de las problemáticas de tipo psicosocial en la infancia y en la adolescencia".

Tiene que mejorar la educación afectivo sexual en la infancia y adolescencia"

Lola Voltes

Psicóloga del centro de Vecindario, Gran Canaria

Un acompañamiento integral y especializado

Los centros de asistencia integral ofrecen una atención inmediata y especializada los 365 días del año. Los equipos, formados por psicólogas, trabajadoras sociales y abogadas, se activan a través del 112, 016 o 012 y acuden al lugar donde se encuentra la víctima para ofrecer asesoramiento jurídico, social y psicológico desde el primer momento.

El apoyo se extiende más allá de la víctima directa. "No solo atendemos a las víctimas, también atendemos a las familias", destaca Voltes. Este acompañamiento integral es crucial para un entorno que también sufre las consecuencias de la agresión. Además, el equipo trabaja para minimizar la revictimización, accediendo al relato de los hechos a través de la denuncia para no forzar a la víctima a reexperimentar el trauma.

No solo atendemos a las víctimas, también atendemos a las familias"

Lola Voltes

Psicóloga del centro de Vecindario, Gran Canaria

Las secuelas ocultas de la violencia sexual

Las consecuencias de una agresión sexual son profundas y variadas, según la experta. Entre las más comunes se encuentran la sintomatología ansiosa depresiva, la baja autoestima, el miedo generalizado, la culpa o la vergüenza. En el caso de los adolescentes, Voltes señala que es frecuente el desarrollo de conductas autolesivas y relaciones sexuales de riesgo.

Si la herida no se trata, los efectos pueden cronificarse. La psicóloga advierte de que pueden aparecer a largo plazo el trastorno de estrés postraumático, la depresión y la ansiedad crónica. Por ello, los centros también atienden a mujeres que sufrieron violencia sexual en el pasado, cuyas secuelas se manifiestan en el presente "con bloqueos y resistencias".