Un queso azul de medalla de oro: desde el Pirineo a Suiza
El maestro quesero Ariel Domínguez vuelve a triunfar en los World Cheese Awards gracias a su queso azul, una pieza única de casi diez kilos

Arriel Domínguez, maestro quesero
Jaca - Publicado el
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El maestro quesero Ariel Domínguez ha vuelto a situar al Pirineo en el mapa mundial de la gastronomía. Su queso azul de búnker ha repetido éxito en los prestigiosos World Cheese Awards 2025, celebrados este fin de semana en Berna (Suiza), consolidando su quesería como un referente de calidad y sabor. El galardón no solo premia su trabajo, sino que pone en valor la producción artesanal de la región.
Un queso azul 'enorme' y único
Una de las claves del éxito de este queso es su sorprendente tamaño. "Son piezas de 8 a 9 kilos y medio", explica Domínguez. Esta dimensión, más propia de un gorgonzola, "nos complica un poco la vida" en la elaboración, pero le otorga una presencia imponente en el mostrador. Según el maestro quesero, es un producto que "se vende solo porque es muy bonito, entra por los ojos".
Este aspecto visual es fundamental en los concursos internacionales. "Antes de probarlo ya tiene sus puntitos de aspecto exterior y el corte", comenta el artesano. Si a esa primera impresión se le suma un sabor que responde a las expectativas, el resultado es el triunfo, algo que el queso de Villanúa ha demostrado una vez más.
El valor de la venta directa y el 'boca a boca'
La quesería de Ariel Domínguez es un negocio familiar y modesto, con un equipo de cuatro personas y media. Ubicada en un lugar "escondido" entre Canfranc Pueblo y Villanúa, sin carteles en la carretera, su supervivencia depende en gran medida de la venta directa al público, que representa dos terceras partes de su producción. "Gracias a eso vivimos, porque los márgenes comerciales son muy escasos", asegura.
Por ello, el 'boca a boca' y la reputación son vitales. Domínguez afirma que necesitan "dejarle muy buen sabor de boca a la gente para que nos recomienden". En este contexto, los premios internacionales "nos van de lujo para que se siga hablando de nosotros y recordar que, aunque no la veas al pasar, por ahí hay una quesería".

Quesos artesanos producidos en esta quesería de montaña
El futuro: crecer hacia el origen
A pesar del éxito, los planes no pasan por ampliar la producción. "Igual tocamos techo el año pasado", reflexiona Domínguez, cuya meta ahora es "organizarse mejor y algún día tener tiempo libre". Recientemente, una inversión en maquinaria nueva, con el apoyo del programa Leader y Adecuara, les ha permitido trabajar más cómodos sin alterar la receta.
El único crecimiento que Domínguez contempla es hacia el origen. Tras haberse desprendido de sus propias ovejas hace casi una década, su ilusión sería colaborar con un ganadero local. "A mí todo lo que no sea meterme en un proyecto con algún ganadero de la zona para producir leche y tener leche de bien cerca, todo lo que no sea eso, ya no me apetece", confiesa el quesero, lanzando un "aviso a navegantes".
No solo gusta a los tribunales de los concursos, sino que gusta a los clientes, que eso es lo importante"
El azul no es el único queso premiado de la casa. Su queso Viello, mejor de Aragón en 2015, también ha obtenido una medalla de plata en los World Cheese Awards de este año. Para Domínguez, el reconocimiento más importante sigue siendo el del público: "No solo gusta a los tribunales de los concursos, sino que gusta a los clientes, que eso es lo importante". Un apoyo que se nota especialmente en épocas como la Navidad, cuando las ventas se disparan.
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