Frigiliana celebra una década en la élite de los pueblos más bonitos de España

El municipio malagueño de Frigiliana está de celebración. En 2015, la localidad fue reconocida oficialmente como uno de los Pueblos más Bonitos de España, un título que no solo puso en valor la singularidad de sus calles blancas y su patrimonio, sino que también redefinió su futuro turístico. Diez años después, Frigiliana celebra la efeméride con orgullo y con la mirada puesta en un crecimiento sostenible.

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El reto de un éxito sostenible

Mantener la esencia del pueblo no ha sido sencillo. El propio alcalde, Alejandro Herrera, admite que el equilibrio es "complicado". La población, estable en unos 3.300 habitantes, convive con un flujo de visitantes masivo: un estudio reciente ha revelado que cerca de un millón de personas (974.000) visitan Frigiliana cada año, lo que supone duplicar la población de media cada día.

Antes éramos famosos, y ahora estamos de moda"

Alejandro Herrera

Alcalde de Frigiliana

Para proteger su identidad, el Ayuntamiento ha implementado una nueva ordenanza que busca "conservar la estética rural andaluza y mozárabe". Esta normativa prohíbe las construcciones modernas y exige el uso de la teja árabe y el color blanco en todas las viviendas. "Es de lo que vivimos últimamente y de lo que nos gusta presumir", afirma el alcalde.

Cultura, gastronomía y naturaleza

El perfil del visitante es variado. Por un lado, está el turista de día, que el alcalde asemeja al "turismo de crucero", y por otro, el que se aloja en alguna de las más de 1.000 viviendas de alquiler turístico rural. Para atender a esta demanda, el pueblo cuenta con 51 restaurantes, una cifra notable para su tamaño.

La oferta cultural es otro de los grandes atractivos, con el Festival de las Tres Culturas como evento estrella a finales de agosto. Esta "fiesta a la inclusión" atrae a unos 40.000 visitantes con 16 horas diarias de actividades. Según Herrera, este tipo de eventos son clave para la promoción del municipio y para que "todo el mundo aprenda de todo el mundo".

Más allá del casco urbano, Frigiliana ofrece un entorno natural con rutas de senderismo y miradores con vistas al mar y al valle. Es un destino, como lo define su alcalde, "cultural, gastronómico y también instagramer". No en vano, el regidor concluye que para conocer Frigiliana en profundidad se necesitan "varios días".