El monasterio escondido bajo una roca que conserva el alma de Aragón: "Es un viaje al corazón del Pirineo"
Historia, misterio y naturaleza se funden en uno de los conjuntos monumentales más fascinantes de España

Monasterio de San Juan de la Peña
Jaca - Publicado el
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San Juan de la Peña no es solo un monasterio: es una joya medieval esculpida en piedra viva, un refugio espiritual que parece emerger directamente del corazón del Pirineo oscense. Situado a escasos kilómetros de Jaca (Huesca), el conjunto monumental formado por el Monasterio Viejo, el Monasterio Nuevo y la recientemente reabierta Hospedería de San Juan de la Peña ofrece una experiencia que combina historia, arte, naturaleza y espiritualidad en un mismo lugar.
El Monasterio Viejo: cuna del Reino de Aragón, panteón real Y SUPERVIVIENTE DEL FUEGO
El Monasterio Viejo, construido entre los siglos X y XI bajo la protección de la roca, fue el corazón espiritual y político del naciente Reino de Aragón. Desde su fundación benedictina, se convirtió en símbolo de poder, de cultura y de fe, siendo durante siglos refugio de reyes, peregrinos y reliquias sagradas.
Entre sus muros se encuentra el panteón real, donde reposan los primeros reyes aragoneses: Ramiro I, fundador del reino; su hijo Sancho Ramírez, gran impulsor del románico y del Camino de Santiago; y Pedro I, monarca valiente que consolidó la expansión aragonesa y reforzó la unión entre trono e Iglesia.
En este espacio descansan también la infanta Isabel, hija de Pedro I, y otros miembros de la familia real aragonesa, cuyos restos fueron trasladados a este recinto funerario excavado en la roca y más tarde restaurado en el siglo XVIII.
Pero la historia de San Juan de la Peña no fue solo de gloria, sino también de supervivencia. El monasterio sufrió dos grandes incendios que marcaron su destino. El primero, en 1494, destruyó buena parte de las dependencias medievales, manuscritos y tesoros del archivo monástico.
El segundo, en 1675, volvió a arrasar las estancias principales y dejó el edificio prácticamente inhabitable. Fue entonces cuando los monjes, incapaces de reconstruirlo bajo la roca, decidieron levantar un nuevo monasterio unos metros más arriba, dando origen al llamado Monasterio Nuevo.

Monasterio de San Juan de la Peña, en el corazón del Pirineo
A pesar de las llamas y los siglos, el Monasterio Viejo sigue en pie. Su claustro románico, con capiteles minuciosamente tallados, continúa siendo una de las obras maestras del arte medieval europeo.
Cada piedra parece narrar una historia sagrada, y la penumbra del lugar mantiene el aire místico de aquel refugio que, según la tradición, custodió el Santo Grial durante siglos, escondido entre la roca para protegerlo de invasiones y guerras.
El Santo Cáliz regresó este verano a San Juan de la Peña
Este verano, el Santo Cáliz —la copa que la tradición identifica con la usada por Cristo en la Última Cena— ha regresado temporalmente a San Juan de la Peña, el lugar donde la leyenda asegura que fue custodiado en la Edad Media.
La llegada del cáliz convirtió al monasterio en escenario de un acontecimiento histórico y espiritual, con peregrinos y visitantes llegados de toda España. Misas solemnes, procesiones y actos conmemorativos devolvieron a la montaña su antigua resonancia sagrada. Durante esos días, el silencio de la peña volvió a llenarse de plegarias y cánticos, reviviendo la esencia monástica de un lugar que guarda el alma de Aragón.
La Hermandad de San Juan de la Peña: guardianes del legado aragonés
La Real Hermandad de San Juan de la Peña, fundada a mediados del siglo XX, es hoy la encargada de mantener viva la devoción, la historia y la memoria del monasterio.
Con sus capas negras y la cruz roja de San Juan bordada en el pecho, sus miembros organizan peregrinaciones, actos litúrgicos, homenajes a los reyes de Aragón y jornadas culturales que refuerzan el vínculo entre el pueblo aragonés y su cuna espiritual.
Gracias a su labor, el monasterio sigue siendo un referente vivo de identidad, tradición y fe, más allá del turismo o la historia.
El Monasterio Nuevo: el renacer sobre la montaña
Tras el devastador incendio de 1675, los monjes se trasladaron a lo alto del monte para levantar el Monasterio Nuevo, un imponente edificio barroco con vistas panorámicas sobre los valles pirenaicos.
Hoy alberga el Centro de Interpretación del Reino de Aragón, donde el visitante puede recorrer la historia de la monarquía aragonesa, los orígenes del reino y el papel decisivo que San Juan de la Peña tuvo en la configuración de España. Sus muros, más jóvenes que los del monasterio original, simbolizan el renacer de la vida monástica sobre las cenizas del pasado.
La Hospedería de San Juan de la Peña, recientemente reabierta, devuelve la vida y la hospitalidad al conjunto monumental. Integrada en el paisaje, ofrece habitaciones modernas, un restaurante con gastronomía local y espacios diseñados para el descanso y la contemplación.
Dormir aquí es revivir la historia desde dentro: despertar con el sonido del bosque y sentir que uno forma parte de un relato milenario.






