Una de cada tres mujeres sufre problemas de suelo pélvico: “Afecta a su calidad de vida y todavía se silencia demasiado”

La especialista en rehabilitación de suelo pélvico en la Clínica VITHAS San José de Vitoria, Sara Esparza recuerda que el bienestar íntimo abarca mucho más que la incontinencia urinaria: escozor, sequedad, dolor durante las relaciones sexuales, estreñimiento o sensación de pesadez pélvica son solo algunos de los síntomas que afectan a las mujeres.

“Una de cada tres mujeres entre los 18 y los 55 años tiene pérdidas de orina, y las disfunciones sexuales alcanzan al 50%”, explica.

Aun así, muchas evitan comentarlo por pudor, “cuando en realidad afecta a su día a día, a su vida social, sexual, deportiva…”. 

Qué es el suelo pélvico y por qué es tan determinante  

El suelo pélvico es un conjunto de músculos que tapizan la pelvis y que intervienen en funciones tan esenciales como la continencia urinaria, la sujeción de órganos y la respuesta sexual. Su alteración —por exceso o falta de tono— puede provocar los síntomas más habituales: escapes de orina al reír, correr o estornudar; falta de lubricación; picor sin infección; o dolor durante las relaciones. 

Edad, partos, deporte de impacto… factores que influyen  

La edad es un factor, pero no el único. El deporte de impacto, la tos crónica, el estreñimiento, los esfuerzos continuados o los partos también pueden debilitar esta musculatura.

“Son aspectos inherentes a la vida, pero hoy contamos con muchas herramientas para mejorar el estado del tejido”, señala la fisioterapeuta. 

Cómo se diagnostica: una valoración completa y personalizada  

Las mujeres que llegan a consulta se someten a una valoración multidisciplinar que puede incluir ginecología o urología. Después, se realiza una exploración funcional externa e intracavitaria, apoyada en pruebas como la electromiografía o la manometría para determinar el grado de afectación. 

La buena noticia: el 90% mejora con rehabilitación  

Hoy la rehabilitación del suelo pélvico ofrece resultados muy optimistas. “La efectividad ronda el 90%”, destaca Esparza.

Entre las técnicas disponibles están la radiofrecuencia, la electroestimulación, las ondas de choque, el biofeedback y ejercicios posturales específicos. Todo ello se combina con un abordaje cognitivo y conductual que permite a la mujer aprender a controlar su musculatura y mantener el bienestar íntimo a largo plazo. 

La tecnología abre nuevas vías de tratamiento  

Los avances de los últimos años permiten abordar problemas que antes se trataban solo con fármacos o con cirugía: envejecimiento vulvar, liquen, incontinencia o alteraciones dermatológicas de la zona íntima.

La terapia física se ha consolidado como una opción eficaz, no invasiva y con resultados probados. 

Prevención: embarazo, posparto y menopausia, momentos clave  

Esparza insiste en acudir a un fisioterapeuta especializado en etapas de mayor fragilidad. “En embarazo, posparto o menopausia es fundamental hacer una valoración del suelo pélvico para prevenir o tratar cuanto antes”.