Así es la labor de los maestros que dan clases a niños hospitalizados en Málaga: "Es una lección de vida"

En COPE, ponemos el foco en las aulas hospitalarias, un recurso que permite a los niños con hospitalizaciones de larga duración continuar con su educación. En el Hospital Materno Infantil de Málaga, un equipo de cuatro profesoras se encarga de que los pequeños pacientes no pierdan el hilo de su vida académica.

Una ventana a la normalidad

Teresa Aragón, profesora de educación especial, es una de las cuatro maestras del centro. Con 15 años de experiencia en hospitales, explica que su trabajo va más allá de lo académico. Se trata de un puesto vocacional donde "creas un vínculo muy, muy, muy estrecho, muy especial, y es como que, de alguna manera, cada día tú le abres una ventana a la escuela". Para los niños, estas clases son un soplo de aire fresco y un anclaje a su rutina diaria fuera del hospital.

La escuela es como su vida cotidiana"

El equipo docente se distribuye por plantas: Diálisis, Pediatría General, Infecciosos y Oncohematología. Esta última es donde ingresan los niños con los procesos médicos más largos y graves, como los enfermos de cáncer, siendo la leucemia uno de los diagnósticos más frecuentes. Actualmente, hay ocho menores ingresados solo en esta planta.

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Coordinación y adaptación curricular

Cuando un menor es diagnosticado con una de estas enfermedades, puede llegar a pasar hasta dos años fuera de su clase habitual. Por ello, la intervención de estas profesoras es a largo plazo y la coordinación con el tutor del colegio del niño es permanente. La programación que se trabaja suele ser quincenal para que el alumno pueda seguir el ritmo de sus compañeros.

Sin embargo, la prioridad es siempre la salud del niño. Teresa Aragón señala que deben ser flexibles y adaptar el contenido, ya que los pequeños se enfrentan a tratamientos duros y pruebas médicas constantes. "Lo que intentamos también es que sea lo más llevadero posible, porque, claro, no podemos olvidar que los niños se están sometiendo a tratamientos que son muy duros", afirma. A pesar de todo, la rutina se impone: "Se levantan, desayunan, se asean y al cole".

Una lección de vida cada día"

Un aprendizaje mutuo y diario

En el aula hospitalaria, el rol de las maestras es diferente al del resto del personal sanitario. "Los vínculos y los lazos que se crean con nosotras son muy fuertes", comenta Teresa. Ellas no son las doctoras ni las enfermeras; representan la normalidad, un pedazo de la vida cotidiana que los niños han dejado fuera. "La escuela es como su vida cotidiana", añade.

Estas maestras, que imparten clase a niños de entre 3 y 16 años, aseguran que el aprendizaje es mutuo. Reciben "una lección de vida cada día, una lección de superación, querer continuar con la vida normal, a pesar de todo". Aragón también destaca la admirable fortaleza de las familias, capaces de sostener y apoyar en situaciones tan complejas. "Para nosotras, todos los días es un aprendizaje", concluye.