La hidratación es un factor muy importante para que nuestro organismo pueda desarrollar sus funciones vitales. Para mantenernos hidratados podemos incorporar agua mineral, agua con cítricos (como el limón), smoothies de frutas o tés.

Según la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) la cantidad de agua que debemos tomar diariamente es de 2,5 litros en el caso de los hombres. Mientras que en el caso de las mujeres es de 2 litros. Estas cantidades se deben alcanzar en condiciones normales de actividad y temperatura.

El agua constituye un 60% del peso corporal de una persona. Cada célula, tejido y órgano del cuerpo necesita agua para funcionar correctamente, ya que el agua cumple diferentes funciones:

• Elimina los desechos a través de la orina y la transpiración

• Mantiene una temperatura normal

• Lubrica y amortigua las articulaciones

• Protege los tejidos sensibles

• Contribuye al transporte de nutrientes en el organismo

• Colabora en los procesos de absorción y digestión

Sin embargo, a pesar de la importancia de incorporar agua a nuestra dieta, hay un gran número de personas que no toman el agua mínima suficiente. Por ello, una opción para poder añadir agua a nuestra dieta y que nos enganche es recurrir al agua saborizada.

¿En qué consiste el agua saborizada? Consiste en incorporar al agua alimentos, de tal forma que no solo nos hidratan, sino que además aportan nutrientes a nuestro organismo. En estos casos, se suele recurrir a frutas como lima, arándanos, mango, sandía, fresas o kiwi. Para conseguir el agua saborizada debemos infusionar en frío durante doce horas en la nevera el agua con los alimentos.

La falta de agua puede desencadenar la aparición de síntomas provocados por la deshidratación, que es una afección que ocurre cuando no tienes suficiente agua en el cuerpo como para llevar a cabo las funciones normales.

Consecuencias de la deshidratación

Es importante conocer los síntomas de la deshidratación, ya que con las altas temperaturas, disminuye la cantidad de líquidos del cuerpo, por lo que hay que estar más atentos. Los principales signos que hay observar son:

1. Más sed de lo normal. Cuando uno está deshidratado tiene más sed de lo normal, no se produce saliva suficiente por lo que cuesta hablar e incluso tragar.

2. Piel seca. El primer síntoma de deshidratación es la piel seca y falta de elasticidad, que se llega incluso a agrietar.

3. Orina escasa. No estar suficientemente hidratados hace que orinemos menos ya que los riñones filtran menos sangre y produce menos orina. Ésta será más oscura y más concentrada.

4. Estreñimiento. La falta de líquido produce estreñimiento y a su vez provoca hinchazón de abdomen y falta de apetito.

5. Fatiga. La falta de agua en la sangre provoca una bajada de tensión y hace que se tenga cansancio, desgana y fatiga.

6. Dolor de cabeza. Otro síntoma de la deshidratación es el dolor de cabeza. La falta de líquido reduce el flujo de oxígeno y sangre al cerebro y esto provoca dolor de cabeza.

7. Calambres musculares. Al haber menos líquido los electrolitos de la sangre disminuyen y provocan calambres musculares.

8. Aumento del ritmo cardiaco. La falta de líquido produce alteraciones en el ritmo cardiaco.