El chocolate probablemente sea el alimento con más amantes del mundo. Es muy probable que seas un adicto a este manjar o que conozcas a alguien que no sea capaz de pasar un día sin él. Además, cualquier amante del chocolate que se precie sabe que el 13 de septiembre es el Día Internacional del Chocolate, que coincide con el cumpleaños del autor de 'Charlie y la fábrica de chocolate', Roald Dahl, y del fundador de la marca de chocolates Hershey's, Milton Hersheys.

Lo que pocas personas saben es que este alimento tiene una gran historia a sus espaldas, además de tener una infinidad de curiosidades en torno a este emblemático producto. Presta atención, porque aquí te dejamos unas cuantas.

Beneficios casi desconocidos

El chocolate siempre a sido objeto de polémicas y de falsos mitos. Pero, por fortuna, las buenas noticias sobre este dulce son cada vez más abundantes sobre los beneficios que aporta a nuestra salud un consumo moderado.

Si hablamos del chocolate negro, que es el más puro de todos, tiene menos azúcar que el chocolate con leche. Su aroma es relajante para nuestro cerebro y está unido al aumento de creatividad.

Otra cosa que debes saber de este tipo de tabletas es que no producen caries, al menos las de chocolate negro. Esto se debe a que casi no tiene azúcar, y hay estudios que confirman que algunos productos químicos presentes en este producto pueden combatir las bacterias nocivas que hay en la boca. La mejor parte es que también ayuda a retrasar la vejez, debido a la gran cantidad de antioxidantes que contiene.

Fue utilizado como moneda

En la América prehispánica los indígenas utilizaban algunos productos exóticos como moneda de cambio. Entre estos figuraba el cacao, que lo consideraban un objeto extraño y precioso. Como las condiciones de cultivo eran complicadas, no todos podían acceder a esta semilla. Además, las mejores semillas, que también eran las aptas para consumir, pertenecían a la alta sociedad, mientras que las que no eran aptas para esto eran usadas por el pueblo como moneda.

Cuando los españoles se dieron cuenta de esto. Y, tal era la importancia de este producto para los nativos que rechazaron las monedas de plata que les ofrecían a cambio de las semillas de cacao.

No es dulce

Algo que tienes que saber es que el cacao no es dulce, sino todo lo contrario: es amargo. De hecho, su sabor es poco agradable para el paladar, salvo el interior de las vainas que rodea a las semillas, que tienen un sabor más amable.

Fue sobre el siglo XVII, al llegar a España, que cambiaría su sabor. En nuestro país el cacao se endulzaba con azúcar de caña y empezó a hacerse popular en la población y, con el paso de los años, la receta evolucionó. A día de hoy, la mayor parte de las tabletas cuentan con aditivos lácteos, que le proporcionan su sabor dulce tan característico. Mientras, el chocolate negro tiene un sabor más cercano al original, que al no contar con leche, tiene una textura más seca y un sabor más amargo.

Originalmente se bebía

Durante muchos años este producto se consumía en forma líquida. Pero, a mediados del siglo XIX, se empezó a ofrecer en forma sólida. Y, a principios del siglo XX, gracias a la mejora en las técnicas de manipulación y elaboración, aparecieron los primeros bombones y pralinés.

Gracias al chocolate se inventó el microondas

Este electrodoméstico, tan útil en este siglo, tiene su origen gracias al chocolate. En 1945, el científico Percy Spencer investigaba cómo mejorar el funcionamiento de un radar, descubrió que la barra de chocolate que llevaba en un bolsillo se había derretido.

Esto es debido a que Spencer trabajaba rodeado de magnetones, que transforman la energía eléctrica en microondas electromagnéticas. Si acercamos comida a un magnetón, esta se calienta. Pero, en el caso del chocolate, este se derrite.