Un mensaje dentro de una botella de cristal que aparecen en la orilla de la playa parece algo propio de una película. Que algo así ocurra en la actualidad no es algo que ocurra tanto como para acercarse a la realidad. Pero, como dice el dicho: la realidad supera a la ficción.

Y es de esto, de lo que vamos a hablar. Las autoridades de Christchurch, un pueblo de Nueva Zelanda, mandaron demoler un monumento a la Guerra de los Ciudadanos y, fue cuando demolieron el monumento que encontraron la botella. Milagrosamente, la botella no se rompió durante la demolición, permitiendo encontrar semejante tesoro.

Se trata un descubrimiento totalmente inusual y, gracias a que el descubrimiento salió intacto mientras derrumbaban la escultura de hormigón, pudieron encontrarla. El jefe de la sección de suministro de la capital del Ayuntamiento de Christchurch, Brent Smith, declaró en el consistorio que "si el hormigón no se hubiera roto en ese punto exacto, nunca la habríamos encontrado".

Sin embargo, fue necesario esperar varias semanas para que el papel enrollado se secara para poder sacarlo del interior de la botella. Cuando fue posible desplegar la nota, se percataron tristemente de que parte del mensaje se había desintegrado. Pero, por suerte, aún se podía leer los nombres escritos a mano de los cinco canteros que trabajaron en el monumento, además del mes y el año del que data el mensaje, febrero de 1937.

Según Smith, "creo que esta nota demuestra que los canteros originales estaban muy orgullosos de haber participado en la construcción de este monumento, a los hombres y mujeres que perdieron la vida en la Primera Guerra Mundial y querían que se recordara su papel en el proyecto".

Un mensaje a Málaga desde Holanda

La siguiente historia recuerda también a los mensajes dentro de una botella. Todo comenzó cuando una trabajadora procedente de Málaga que reside en Holanda decidió enviar un mensaje a su tierra natal en uno de los paquetes de envío que había preparado en su trabajo.