Acude a una tienda a por una simple botella de agua y acaba pagando más de lo que imaginaba: “Me he quedado a cuadros”

La compra de una simple botella de agua se ha convertido en una experiencia surrealista para Fran Cuéllar,  identificado en TikTok como Francuellar26_ , tras una jornada de deporte. Según ha relatado, después de correr 10 kilómetros, acudió a un supermercado para reponer fuerzas con una botella de agua y un café con proteína. Su sorpresa llegó en la caja, al descubrir un cargo extra de 20 céntimos justificado únicamente por el frío del producto.

Un ticket con tres artículos

El creador de contenido  ha explicado que, al revisar el ticket, vio que le habían cobrado tres artículos en lugar de dos. Al pedir explicaciones por el concepto adicional de 20 céntimos, la respuesta del personal fue tan escueta como desconcertante: “ah, sí, el frío”.  Ha calificado la situación de “surrealista”, no daba crédito. “Es que lo tengo que contar ya en el momento, porque me he quedado a cuadros”, ha señalado en su relato.

La incredulidad del afectado ha sido mayúscula al confirmar que el cargo se debía exclusivamente a la refrigeración de la botella. “Por cogerla fría me han cobrado 20 céntimos más”, ha denunciado públicamente, evidenciando cómo un gesto tan común puede llevar asociado un coste inesperado que no siempre es visible para el cliente en el momento de la elección del producto.

Por cogerla fría me han cobrado 20 céntimos más"

Fran Cuéllar

Creador de contenido

Un 25 % más por estar en la nevera

Este suplemento de 20 céntimos suponía un incremento del 25 % sobre el valor original de la botella de agua. “En verdad la quiero fría, pero 20 céntimos es un 25 por 100 del valor de esta botella”, ha reflexionado el afectado. Lo más llamativo para él es que este cargo extra solo se aplicó al agua, y no al otro producto que también cogió de la nevera, el café con proteína, lo que ha aumentado su confusión.

También ha admitido que nunca antes había sido consciente de esta práctica. Para él, el precio de un producto era el mismo independientemente de si se cogía de una nevera o de una estantería a temperatura ambiente. “Siempre que he comprado una botella fría o del tiempo cuesta lo mismo, por eso no entiendo este sobrecoste”, ha afirmado, mostrando su total extrañeza ante una política de precios que desconocía por completo y que ahora sabe que existe.

¿El inicio de nuevos sobrecostes?

La experiencia ha llevado a Fran a plantear una reflexión más amplia sobre las prácticas comerciales actuales y los costes ocultos. La sorpresa inicial ha dado paso a la indignación y a una pregunta que ha lanzado al aire: “¿A dónde vamos a llegar?”. En su opinión, este tipo de suplementos abren la puerta a que en el futuro se puedan aplicar cargos por otros conceptos igual de insólitos. “Te van a cobrar al final hasta, no sé, la etiqueta”, ha concluido con ironía.

¿A dónde vamos a llegar?"

Fran Cuéllar

Creador de contenido