Es el último local centenario de la capital herido por la pandemia. Lhardy, el decano de los restaurantes madrileños acaba de anunciar que entra en preconcurso de acreedores “aunque esto no supone el cierre definitivo”, ha asegurado su gerente, Javier Pagola, en COPE. La intención es continuar “porque resistir está en el ADN de esta empresa, intentaremos negociar con los acreedores un plazo razonable de pago y si podemos, continuaremos, claro”.

El objetivo es salvar uno de los míticos restaurantes de la capital que abrió sus puertas en 1839 en el número 8 de la Carrera de San Jerónimo. Por sus seis salones han pasado reyes, políticos, escritores, actores o científicos, y ha sido escenario histórico, político y literario de los dos últimos siglos. Pero después de años arrastrando dificultades económicas la pandemia ha sido el remate. “Todo ha ido sumando desde la crisis de 2008”, dice Javier. “Cuando conseguimos recuperarnos empezaron las obras” del nuevo complejo Canalejas, y “cuando parecía que se acababa, llegó la pandemia”. A ello hay que sumar el efecto de Madrid Central, “ahora el centro se ha quedado sin gente”, lamenta Pagola.

Las restricciones sanitarias, la falta de turismo, el aforo al cincuenta por ciento o la imposibilidad de tener terraza han hecho prácticamente imposible cubrir gastos. Solo 14 de sus 36 empleados han seguido trabajando y han perdido un 70 por ciento de facturación, cuenta su administrador y gerente.

Historia

Con 182 años de historia, Lhardy fue el primer restaurante como tal de la capital. El primero con precio fijo, con minutas

por escrito y con mesas separadas. En 1839 el suizo Emilio Lhardy puso en marcha el establecimiento a escasos metros de la Puerta del Sol y su fachada de caoba de Cuba se convirtió en uno de los emblemas de la Carrera de San Jerónimo. Desde entonces, por sus seis salones de decoración romántica pasaron desde Alfonso XII y Alfonso XIII a Alcalá Zamora, Ortega y Gasset, Lorca, Galdós o Sorolla, entre los cientos de paladares ilustres. Gran parte de la historia de España se ha fraguado entre sus paredes.

En 2020 el Ayuntamiento de Madrid incluyo a Lhardy en un mapa cultural ilustrado de Restaurantes y Tabernas Centenarios de Madrid con los doce establecimientos más emblemáticos de la capital que, a finales del pasado mes de enero fueron declarados también espacios culturales y turísticos de especial significación e interés general para la ciudad.

Sus célebres pastelillos y su cocido han atrapado todo tipo de paladares, desde Alfonso XII a Manolete o Azorín con su célebre “no se puede concebir Madrid sin Lhardy”. Y entre los últimos, C-Tangana, con Lhardy como escenario en su último trabajo.