El cambio climático según la OMS afecta a la salud humana de manera directa en respuesta a las alteraciones en patrones del clima como la temperatura, la precipitación y la ocurrencia de fenómenos meteorológicos extremos. Asimismo, incide gravemente sobre la salud y la mortalidad: las muertes atribuibles al año por la subida de las temperaturas superan al exceso de mortalidad provocado por la pandemia por Covid-19. Según la OMS, en la última década del siglo XX se produjeron aproximadamente 600.000 muertes en el mundo por desastres ocasionados por eventos meteorológicos extremos.

Por cada grado que aumenta la temperatura, se incrementa un cuatro por ciento la mortalidad, según el informe 'Cambio climático y salud', elaborado por la Sociedad Española de Medicina Interna en colaboración con Lancet Countdown. De este modo, se prevé que fallezcan unas 30.000 personas más al año en 2030 y entre 50.000 y 110.000 más en 2080.

Son numerosos los estudios que certifican cómo influyen los cambios de nuestro entorno en la salud. Un nuevo concepto, introducido por varios investigadores, hace referencia a cómo el ambiente que nos rodea tiene impacto sobre nuestra vida: el exposoma. De este modo, permite a los investigadores cuantificar los factores que influyen en la salud de las personas.

Las situaciones ante las que se expone las personas provocan en ellas una respuesta de su propio cuerpo. Y conociendo estas causas, los expertos pueden trabajar a la hora de mitigar las consecuencias adversas que provocan en los ciudadanos. Pone el foco en los factores de riesgo de las dolencias provocadas por el medio ambiente. La influencia de los agentes externos impacta en mayor medida que la genética en el surgimiento de enfermedades.

Sin embargo, este tipo de factores son difíciles de medir. Las exposiciones son tan variadas que para poder abarcarlas todas, son necesarias tecnologías muy avanzadas, pero, sobre todo, un elevado coste económico. Por este motivo, el Big Data juega un papel esencial a la hora de recolectar información que aporte luz sobre el impacto del entorno en su salud.

La monitorización de los factores que pueden determinar un empeoramiento de la salud como la reducción de la actividad física o el aumento de la contaminación. La idea es poder medir individualmente estos valores para poder ofrecer una atención personalizada y tratamientos específicos para cada persona.

El dinero no da la felicidad, pero sí la salud

En este tipo de análisis, se tendría en cuenta la variable socioeconómica, ya que tiene un alto impacto sobre la calidad de vida. En algunos casos puede llegar a determinar la mortalidad debido a que estos grupos de población se exponen a elevadas sustancias químicas ambientales.

En la ciudad de Madrid viven más de 3,2 millones de personas entre los 21 distritos de la capital. La esperanza de vida varía de unos a otros según los últimos datos publicados por el Ayuntamiento de Madrid el 2 de septiembre de 2020 relativos al año 2019. La tabla refleja tanto la esperanza de vida en ambos sexos como de manera separada la de los hombres y la de las mujeres. Además se divide por franjas de edad desde los menores de 1 año hasta los mayores de 95, mostrando los años que se espera que viva una persona que se encuentra dentro de cada franja.

Teniendo en cuenta la tabla que agrupa ambos sexos, el distrito en el que la esperanza de vida es menor en casi todas las franjas de edad es Villa de Vallecas, zona humilde de la ciudad, cuyos datos se sitúan en torno a un año por debajo de la media de la capital. Por el contrario, la esperanza de vida más alta se encuentra en el distrito de Chamartín, barrio en el que el precio medio de la vivienda es de 758.196 €.