La verdad detrás del supuesto genocidio español en el Nuevo Mundo: ni nosotros fuimos tan malos ni América era un paraíso terrenal
Lo política que aplicaron los reyes de España a los indios no fue la de exterminio, sino la de mestizaje

Cristóbal Colón descubriendo América
Madrid - Publicado el
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Miles de trabajadores y estudiantes han salido hoy a las calles para sumarse a las movilizaciones, paros parciales y a la jornada de huelga general que se han convocado para exigir la paz en la Franja de Gaza —días después, eso sí, de que Donald Trump haya conseguido poner de acuerdo a Israel y a Hamás para firmar un alto el fuego y la devolución de los rehenes— y defender la justicia y los derechos humanos del pueblo palestino.
A lo largo de toda España, varias organizaciones sociales, sindicatos como UGT y CCOO y diferentes asociaciones estudiantiles han denunciado públicamente lo que califican como un "genocidio" contra Palestina perpetrado por Israel. Asimismo, han advertido de que el reciente acuerdo de paz alcanzado en Oriente Medio no puede ser una vía hacia la impunidad del gobierno israelí.

Miles de personas se manifiestan en Barcelona para denunciar el "genocidio" de Israel en Gaza
En los últimos años, determinados sectores de la sociedad y de la política han puesto de moda una serie de palabras para calificar todo aquello que no les gusta o con lo que no están de acuerdo o para intentar ganar la batalla del relato. No obstante, lo único que han conseguido con esta actitud es despojarlos de su significado real y vaciarlos de contenido para convertirlos en una palabra más.
Es el caso de términos como, por ejemplo, fascista —una voz que aparece a diario en el debate público español— o genocidio. Esta última palabra se refiere, según la Real Academia Española, al acto de "exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, política o nacionalidad". Teniendo en cuenta la presencia cada vez mayor de este sustantivo en el debate público español y sintiendo todavía cercano el 12 de octubre, hemos querido investigar si la acción de España en el Nuevo Mundo, luego América, puede ser considerada como un genocidio.
LA GESTA DE COLÓN
El 12 de octubre de 1492, tras varios meses de travesía por el Océano Atlántico —conocido en la Edad Media como Mar Tenebroso— las tres carabelas del almirante Cristóbal Colón —la Pinta, la Niña y la Santa María— avistaron tierra firme. "¡Tierra a la vista!", gritó, pasadas dos horas de la medianoche y desde la cofa de La Pinta, el sevillano Rodrigo de Triana.

"Colón tomando posesión del Nuevo País", L. Prang y Cía. (1893)
El descubrimiento de esta nueva tierra, que en un principio se creyó que eran las Indias, permitió a la Monarquía Hispánica erigirse como un Imperio y adquirir un papel hegemónico en Europa. Para combatir a España, "Inglaterra y Francia, tantas veces humilladas en los campos de batalla, (...) mientras reunían las fuerzas necesarias para combatir en igualdad de condiciones, se sirvieron de la Leyenda Negra como un arma eficaz para emplearla contra su enemigo meridional [España]", dice José Luis Hernández Garvi en Esto no estaba en mi libro de historia de la Leyenda Negra (2025).
Hernández Garvi asegura, además, que "la gesta del descubrimiento del Nuevo Mundo había despertado la admiración unánime de toda Europa, aunque con el paso de las décadas esa fascinación original se fue tornando en envidia más o menos disimulada".
"Ya desde los tiempos de los Reyes Católicos —explica Manuel Fernández Álvarez en España. Biografía de una nación (2010)—, y por supuesto bajo Carlos V, [España] amparará las hazañas de los conquistadores con el doble incentivo de que, de ese modo, se ampliaba la fe cristiana y se conseguían nuevas riquezas". ¿Pero justificaba el fin —como había dicho Maquiavelo— los medios?
LA VERDAD DEL GENOCIDIO ESPAÑOL EN AMÉRICA
Bastaría comparar las poblaciones actuales de los países que conforman Hispanoamérica —a los que España incorporó a su Monarquía— con la de los Estados Unidos, conquistados por los ingleses, para comprobar cuál de las dos naciones cometió verdaderamente un genocidio. No debemos olvidar en ningún caso que, para Inglaterra, el mejor indio era el indio muerto.
Fernández Álvarez apunta de forma acertada que "todo imperio, como antes había ocurrido con el romano y como después sucedería con el inglés, supone dominio, y un dominio conseguido por la violencia. De ahí los no pocos atropellos, denunciados ya por los propios españoles de aquella época —lo cual no deja de ser admirable—".
Javier Rubio Donzé subraya en España contra su Leyenda Negra: Mitos, agravios y discursos (2023) que "para que se dé un genocidio es muy importante que exista una voluntad de exterminio. Y eso no ocurrió en América. Nunca hubo una política planeada de exterminio, por mucho que se dieran guerras, matanzas indiscriminadas, crímenes... Por lo tanto los que hablan de 'genocidio' están faltando a la verdad epistemológica".

Ejecución de un convicto en la pira funeraria en Cuba grabada por Bartolomé de las Casas
UNA AMÉRICA IDÍLICA
El mito de que la América de 1492 era un territorio paradisiaco en el que todo el mundo en armonía es eso, un mito interesado. Rubio Donzé incluye en su libro una carta en la que Hernán Cortés da fe de esa "sociedad justa y democrática" de la que siglos después hablaba el jurista polaco Raphael Lemkin: "Y tienen otra cosa horrible y abominable y digna de ser punida, (...) y es que todas las veces que alguna cosa quieren pedir a sus ídolos, para que más aceptación tenga su petición, toman muchas niñas y niños y aun hombres y mujeres de más mayor edad, y en presencia de aquellos ídolos los abren vivos por los pechos y les sacan el corazón y las entrañas, y queman las dichas entrañas y corazones delante de los ídolos, ofreciéndoles en sacrificio aquel humo".
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Esto ocurría en México antes de la llegada de los españoles. El profesor Marcelo Gullo en su libro Nada por lo que pedir perdón (2022) añadía, además, que "la política de Estado de los aztecas consistía fundamentalmente en la conquista de otros pueblos indígenas para disponer de seres humanos con los que honrar a sus dioses y alimentar a nobles y sacerdotes".
De hecho, el politólogo argentino asegura en la obra ya citada que, gracias a la construcción del metro o al arreglo de la Catedral de Ciudad de México han aparecido "muros y paredes construidos con las calaveras de los sacrificados" y "una torre de cráneos que se corresponde con la descrita por los cronistas españoles que acompañaron a Hernán Cortés".
EL ÉXITO DEL MESTIZAJE
¿Cuál fue la política que aplicaron los españoles para el Nuevo Mundo descubierto? El mestizaje. Rubio Donzé explica con gran acierto que "la población hispanoamericana es principalmente mestiza. Un mestizo es un indígena menos, pero nunca un indígena exterminado".

"Colón recibido por los Reyes Católicos en Barcelona a la vuelta de su primer viaje", Francisco García Ibáñez (1858)
En otro libro [Madre Patria (2021)], el profesor Gullo cuenta que los españoles de los siglos XV y XVI no tenían la idea de la superioridad racial porque "el hecho de ser un pueblo mestizo con prejuicios raciales poco arraigados llevó al conquistador —impulsado por la fuerza de la libido— al mestizaje con el conquistado". Un mestizaje que fue "promovido y estimulado" por los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, quienes consideraban que "cuando dos pueblos se mezclan profundamente dejan de ser enemigos y se transforman en un mismo pueblo".
Gullo insiste en que "el mestizaje constituyó una política de Estado porque tanto Carlos I como Felipe II —y todos los Austrias que les siguieron— respetaron la voluntad de Isabel y Fernando. Durante el reinado de Felipe II, el mestizaje entre indios y españoles fue generalizado y la población mestiza nunca dejó de crecer".
Fruto de ese mestizaje nació, por ejemplo, el insigne poeta inca Garcilaso de la Vega, autor de versos como estos que recoge Fernández Álvarez: "Por ti el silencio de la selva umbrosa, / por ti la esquividad y apartamiento / del solitario monte me agradaba; / por ti la verde hierba, el fresco viento, / el blanco lirio y colorada rosa / y dulce primavera deseaba".