El título más desconocido que ostenta el rey Felipe VI: en la Flotilla de Greta Thunberg y Ada Colau no gusta por su estrecha relación con Israel

La Armada hebrea ha trasladado a los tripulantes de la Flotilla al puerto de Asdod para deportarlos a Europa

Felipe VI junto al presidente de Israel, Reuven Rivlin, durante el “International Leader’s Forum”Casa de S.M. el Rey23/1/2020

Casa de S.M. el Rey

Felipe VI junto al expresidente de Israel, Reuven Rivlin, durante el "International Leader’s Forum" de 2023 en Jerusalén

Álvaro Fedriani

Madrid - Publicado el

6 min lectura

Dice el artículo 56.2 de la Constitución Española que el rey de España, en este caso Felipe VI, ostenta ese título y "podrá utilizar los demás que correspondan a la Corona". Dentro de esos "demás" títulos constan muchos de carácter histórico como el de rey de Castilla, León, Aragón, Navarra, Granada, las Indias Orientales y Occidentales o las Islas y Tierra Firme del Mar Océano.

También destacan otros como el de rey de Hungría, Dalmacia y Croacia o el de Rey Católico, una distinción que fue entregada por el papa Alejandro VI a Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón. Pero lo que muchos españoles desconocen es que dentro de todos esos títulos históricos hay uno, que también procede de la época de los Reyes Católicos, concretamente del rey Fernando, y que le une de un modo muy estrecho al actual Estado de Israel. Hablamos del título de rey de Jerusalén.

Medallón de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, en la Universidad de Salamanca

Alamy Stock Photo

Medallón de los Reyes Católicos, Isabel y Fernando, en la Universidad de Salamanca

¿de dónde viene este título?

El Reino de Jerusalén tiene su origen en el año 1099, cuando las tropas cristianas —integradas por soldados del Imperio romano de Oriente, del Sacro Imperio Romano Germánico y de los reinos de Francia, Inglaterra y Cilicia— conquistaron la Ciudad Santa. Este hecho puso el broche de oro a la Primera Cruzada (1096-1099), que había sido convocada por el papa Urbano II tras el Concilio de Clermont para auxiliar al emperador bizantino Alejo I Comneno.

Tras la victoria, los caballeros cruzados ofrecieron el título de rey de Jerusalén al conde de Tolosa, Raimundo, que había sido el primero en sumarse a la iniciativa del pontífice romano. Sin embargo, este lo rechazó porque no estaba de acuerdo en gobernar la ciudad en la que Cristo había sufrido y explicó que se estremecía solo de pensar en que se le pudiera llamar "Rey de Jerusalén".

Los cruzados entonces se fijaron en otro noble también de origen francés: Godofredo. A diferencia de Raimundo IV, el duque de Bouillón sí aceptó gobernar la ciudad, pero, según dice Guillermo de Tiro, cronista y arzobispo del siglo XII, en el Libro IX de Historia de los hechos realizados en las regiones de ultramar"no quiso ser adornado con la corona de oro, al modo de los reyes", porque "el Redentor del género humano llevó por nuestra salvación en ese mismo lugar y hasta el patíbulo de la cruz la corona de espinas". Por esta razón se hizo llamar "Defensor o Abogado del Santo Sepulcro".

'Godofredo de Bouillon da gracias a Dios ante Pedro el Ermitaño', Émile Signol (1847)

'Godofredo de Bouillon da gracias a Dios ante Pedro el Ermitaño', Émile Signol (1847)

Es por eso por lo que muchos consideran a su hermano Balduino como el primer rey de Jerusalén. Guillermo de Tiro, por el contrario, no solo considera a Godofredo rey, sino que se refiere a é como "el mejor de todos: luz y espejo de los demás" y abronca a quienes "dudan en contarlo; atendiendo más a lo que exteriormente lleva el cuerpo que a lo que merece un alma fiel y agradable a Dios".

De Jerusalén a Aragón: el viaje de un título

Pero ¿de qué modo llegó el título de rey de Jerusalén a España? La clave está en los Reyes Católicos. En 1468, el entonces príncipe Fernando de Aragón pretendía a su prima segunda, Isabel, la princesa heredera de Castilla. Enrique IV, sin embargo, animado por su confidente Juan Fernández Pacheco, marqués de Villena, tenía otros planes para ella: un matrimonio con el rey de Portugal, Alfonso V.  

Fernando era el pretendiente favorito de Isabel. Pero, por si acaso, su padre, el rey Juan II de Aragón —que veía en Castilla un potencial aliado para defenderse del enemigo francés—, quiso que su hijo y más estrecho colaborador tuviera las mejores credenciales posibles. Por ello, decidió desprenderse del título de rey de Sicilia para dárselo a Fernando y ahí es donde empieza la historia.

'Los Reyes Católicos bajo un dosel', anónimo (primer tercio del siglo XVII)

Museo Nacional del Prado

'Los Reyes Católicos bajo un dosel', anónimo (primer tercio del siglo XVII)

En 1291, con la caída de Acre, se disolvió el Reino de Jerusalén, siendo su monarca el rey de Chipre, Enrique de Lusignan. Sus herederos heredaron el título hasta la extinción de la dinastía en 1474 con la muerte de Jacobo III de Chipre. Después, un primo de Jacobo, Luis de Saboya, lo reclamó, pero fue olvidado hasta que en 1713 Víctor Amadeo II de Saboya se convirtió en rey de Sicilia. Hasta aquí la conocida como línea chipriota por la que se siente heredero Aimón, el actual jefe de la Casa Saboya.

Pero Carlos de Anjou, rey de Sicilia y Nápoles, había comprado los derechos al Trono de Jerusalén en 1277 a María de Antioquía, nieta de Isabel I de Jerusalén y Emerico de Chipre. Esto fue aceptado por su aliado el papa Clemente IV. De esta manera, apareció la rama napolitana y el título —ya más honorífico que otra cosa— fue heredado al mismo tiempo por los capetos de Anjou-Sicilia.

En 1282, el pueblo de Sicilia se rebeló contra los angevinos, esto es, la Casa de Anjou, y en una revuelta conocida como las Vísperas Sicilianas los destronó. Acto seguido los sicilianos ofrecieron la corona a Pedro III de Aragón, quien estaba casado con Constanza de Sicilia, hija del antiguo rey, Manfredo Hohenstaufen. Desde ese momento, la isla se convirtió en territorio aragonés.

Los angevinos se vieron obligados a retirarse a Nápoles, aunque siguieron haciéndose llamar reyes de Sicilia y de Jerusalén. Años más tarde, en 1442, Alfonso V de Aragón, "el Magnánimo", se hizo con la corona napolitana heredando también los títulos históricos de la Casa de Anjou, entre ellos el de Rey de Jerusalén.

Cuando murió Alfonso V, el título pasó a su hermano y heredero, Juan II y, de este, a su hijo, Fernando "el Católico", que lo tarjo a Castilla por su matrimonio con Isabel y se lo dejó en herencia a su hija, Juana "la Loca". Así ha pasado por las manos de todos los reyes de España hasta llegar a Felipe VI.

El rey Felipe VI interviene en representación de España al inicio de la segunda jornada de apertura del nuevo periodo de sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas

EFE

El rey Felipe VI interviene en representación de España en la Asamblea General de Naciones Unidas

felipe vi sorprendido en israel

Y llegamos hasta 2014. El 19 de junio de ese año, el príncipe Felipe de Borbón y Grecia se convierte en rey de España tras la abdicación de su padre, Juan Carlos I. De esta forma asumía la jefatura del Estado, la capitanía general de los tres Ejércitos, el alto patronazgo de las Reales Academias y se convertía en la máxima representación de España en las relaciones internacionales.

Dos años después, cuenta el profesor Daniel Berzosa en una entrevista en El Debate, Felipe fue invitado a las exequias del exprimer ministro hebrero, Shimon Peres. Los responsables del protocolo sentaron entonces al rey de España "a la derecha del presidente del Estado de Israel", cargo que por aquel entonces ocupaba Reuvén Rivlin, "Rubi".

Al rey Felipe, explica Berzosa, esto le llamó la atención este detalle protocolario porque estaba sentado "por delante de todos los jefes de Estado presentes, incluso del presidente de los Estados Unidos, todos más antiguos que él en dicha magistratura". Don Felipe entonces preguntó la razón de que estuviera sentado en ese lugar privilegiado a lo que el presidente de Israel le contestó: "Porque Su Majestad es el Rey de Jerusalén".

Visto en ABC

Programas

Último boletín

05:00 H | 4 OCT 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking