El día que nos boicoteamos en Eurovisión para darle la victoria a Israel: la razón por la que 'decidimos' perder
Los socialistas no cierran la puerta a que España no participe tampoco en el Mundial de Fútbol de 2026 si va Israel

Betty Missiego, representante de España en Eurovisión 1979 en Jerusalén, junto a Massiel y Salomé, ganadoras en anteriores ediciones.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Consejo de Administración de RTVE ha acordado este martes la retirada de España del Festival de la Canción de Eurovisión de 2026 si continúa participando Israel. La medida ha sido una propuesta del presidente de la corporación, José Pablo López, y se ha aprobado por mayoría absoluta, con diez votos a favor, cuatro en contra y una abstención.
Esta iniciativa se enmarca en el señalamiento de Israel como enemigo público internacional y en la columna de humo con la que el Gobierno de Pedro Sánchez intenta recuperar el control del relato político. Al mismo tiempo, desvía la atención de lo que realmente importa: que el fiscal general del Estado vaya a ser juzgado por presunta revelación de secretos, que su hermano y su mujer estén imputados y al borde de sentarse en el banquillo y que la sombra de la corrupción y la financiación ilegal sobrevuele sobre sus dos exsecretarios de Organización y sobre su partido respectivamente.
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Después del autoboicot a la Vuelta Ciclista a España y de culpar de ello a la participación del equipo hebreo, llega la comparación con la guerra entre Rusia y Ucrania –como si Zelenski fuera equiparable a Hamás– y el intento de excluir a Israel de todas las competiciones deportivas y culturales.
El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha manifestado que "los eventos culturales y deportivos no deben blanquear el genocidio". Sin embargo, el portavoz de los socialistas en el Congreso, Patxi López, ha llegado más lejos asegurando que, "en su momento", se valorará solicitar que España no acuda al Mundial de Fútbol de 2026 si participa la selección israelita. No se lo cree ni él.
Pero volviendo a Eurovisión, ¿qué consecuencias tendría la retirada de España del certamen? Para nosotros, supondría, entre otras cosas, un señalamiento innecesario, al que también parecen estar dispuestos Irlanda, Eslovenia, Islandia o Países Bajos. Para la organización, en cambio, significaría perder a uno de los miembros del Big Five (España, Italia, Francia, Reino Unido y Alemania), es decir, los que más aportan económicamente a la Unión Europea de Radiodifusión (UER) y al concurso. Además, tendría que encontrar a otro país dispuesto a ocupar todos los años los últimos puestos.
Pero no siempre la relación de España con Israel estuvo tan deteriorada. Hubo un tiempo en que la sintonía era tal que incluso nos echábamos una mano en Eurovisión. Sino, que se lo digan a Betty Missiego y a Su canción…

Betty Missiego, representante de España en el Festival de Eurovisión de 1979
betty missiego y su canción
Jerusalén, 31 de marzo de 1979. Después de ganar con suficiente holgura un año antes en París con aquel A-Ba-Ni-Bi de Izhar Cohen & The Alphabeta, Israel se disponía a acoger el XXIV Festival de la Canción de Eurovisión. A él llevaba la canción Hallelujah de Gali Atari y Milk & Honey.
España, por su parte, apostaba por la cantante peruano-española Teresa Beatriz Missiego Campos, más conocida como Betty Missiego, que defendería Su canción, un sencillo que hablaba de la fuerza de la música como lenguaje universal, capaz de unir a las personas más allá de fronteras, idiomas o diferencias. Un tema optimista que transmitía un mensaje de esperanza, fraternidad y paz, invitando a compartir "su canción" como símbolo de entendimiento entre los pueblos.
A diferencia de lo que pasa hoy –con la salvedad de Chanel–, Europa quedó muy satisfecha con la interpretación de Betty Missiego y su coro de niños en el Palacio de Congresos de Jerusalén. Tanto es así que, si bien la durante la primera mitad de las votaciones los puntos iban para Israel y Francia, en la segunda España se colocó en primera posición, dejando a Francia e Israel disputándose las medallas de plata y bronce.
Todo parecía indicar que España iba a conseguir su tercer Micrófono de Cristal. Las hazañas logradas por Massiel y Salomé en 1968 y 1969 no iban a quedarse en una excepción, sino que podían repetirse de nuevo en Jerusalén gracias a Betty Missiego.

Betty Missiego, representante de España en Eurovisión 1979, cantando 'Su canción'
A falta de que el último país votara, el resultado era el siguiente: España lideraba la tabla con sus 116 puntos; el conjunto hebreo le seguía tan de cerca que solo tenía un punto menos, y atrás quedaba la Francia de Anne-Marie David y su Je suis l'enfant soleil, que con 105 puntos tenía muy complicado alcanzar ese ansiado primer puesto. Ese país que quedaba por votar era, por supuesto, nuestra España. La situación parecía estar controlada. ¿Qué podía salir mal? Todo.
israel... dix points
La victoria española estaba al alcance de la mano –tan cerca y tan lejos–, solo faltaba que nuestro jurado diera sus puntos y ya podíamos volver a Madrid triunfantes. Yardena Arazi, presentadora junto a Daniel Pe'er, saludó a Manuel Almendros, periodista y presentador de RTVE al que se le encomendó la tarea de comunicar la tragedia.
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En esa época el sistema de votación era muy diferente al actual. Se votaba y se otorgaban los puntos por orden de aparición y no de menor a mayor. Así, España dio 6 puntos a Portugal, 8 a Italia, 4 a Dinamarca, 2 a Mónaco, 7 a Grecia, 12 a Alemania occidental y... llegó el turno de Israel.
La única posibilidad de ganar era no darle puntos a Israel, porque al haber entregado los 12 a Alemania, Francia ya no podía superarnos. Quedaban por dar 1, 3, 5 y 10 puntos. Entregarles un punto suponía empatar y que hubiera un triunfo hispano-hebreo. Sin embargo, nada de eso pasó.
El jurado español optó por calificar el Hallelujah de Gali Atari y Milk & Honey con 10 puntos –ellos nos habían otorgado antes 8–. De este modo, perdimos en el tiempo de descuento la oportunidad de ganar por tercera el Festival de Eurovisión –hito que desde entonces no hemos conseguido aunque estuvimos muy cerca en 1995 y 2022–. Por una diferencia de nueve puntos, que nosotros mismos les dimos, les regalamos el Micrófono de Cristal.
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Lo cierto es que, en esos años, organizar el festival no era un premio, sino más bien un castigo –así lo demuestra que cuando se produjo el cuadruple empate de 1969 terminara organizándolo los Países Bajos o que lo volvieran a acoger tras esta victoria de Israel–. Corrió el rumor entonces de que el jurado español había votado a propósito a Israel para no organizar Eurovisión al año siguiente en España, aunque los votos se decidían, como ahora, antes de empezar las votaciones y no se pueden cambiar en función de cómo vayan estas.
En ese momento, habiendo ganado ya de facto el conjunto hebreo, la televisión israelita enfocó a Betty Missiego que aplaudía sonriente su autoderrota. En 2025 autoboicoteamos la Vuelta a España y en 1979 nuestra victoria en Eurovisión. La cantante peruano-española, no obstante, declaró que no le gusta escuchar que España le arrebató su propia victoria. Además, siempre fue considerada por muchos como la ganadora moral de aquella edición del Festival de Eurovisión.