La iglesia de la Reina del Rosario, en Bagdad, acoge hoy una oración interreligiosa contra la violencia y el terrorismo, propuesta por el Patriarca caldeo, Louis Raphael Sako. Convencido de que es la oración, y no las opciones militares, la que puede resolver los conflictos abiertos, el Patriarca ha lanzado esta invitación, dirigida también a los musulmanes, como un gesto que ayude a conformar una nueva mentalidad y una nueva cultura.La fecha, estratégicamente elegida, coincide con el final del mes de María, en las proximidades ya de la celebración del Ramadán. En un país atormentado, sumido en una situación de guerra ininterrumpida, los cristianos tienen la responsabilidad de ser levadura en una masa que necesita un fermento nuevo. Ante la cultura del sectarismo y de la exclusión, la oración compartida es ya un mensaje muy poderoso en sí mismo. Oriente Medio, y en particular la población iraquí, necesita salir de la espiral en que encuentra, y la salida pasa por una purificación de quienes siguen entendiendo que la violencia es un camino posible.En la oración, guiada por el Patriarca y por sendos líderes de las comunidades sunní y chií, se afirma que matar es ir contra el plan de Dios, que busca para los hombres una vida feliz. También se pide por los líderes políticos, para que superen sus disputas e intereses propios, y sean instrumentos de la paz que tanto se necesita, especialmente en Irak y en Siria. Como ha dicho el Patriarca Sako, no hay camino más recto para la paz que el de la oración común.