El 12 de julio se celebrarán las elecciones autonómicas en Galicia y el País Vasco. La situación sigue siendo excepcional, puesto que aunque los electores de ambas Comunidades Autónomas ya no vivan en Estado de Alarma, no es menos cierto que la incertidumbre sigue marcando la vida ciudadana. Quizás sea precisamente esa la razón por la que los sondeos electorales apuntan que tanto Feijóo como Urkullu verán revalidados sus mandatos. .

Si Feijóo se alza con la Presidencia de la Xunta, el PP acumulará cuatro mayorías absolutas en Galicia, un verdadero récord. En el caso del País Vasco los nacionalistas vascos deberán pactar, y lo más probable es que lo hagan con el PSOE. Los acuerdos que sostienen en el Parlamento español, así lo hacen presagiar. Los extremos del futuro arco parlamentario gallego y vasco son los que peor lo llevan. Las Mareas parecen perder espacio y Bildu se estanca. Sin embargo es preocupante el escaso fuelle de las opciones constitucionalistas en el País Vasco.

Tanto Feijóo como Urkullu han mantenido una actitud de lealtad discrepante con el Gobierno de España durante los meses de confinamiento. Su tono ha sido moderado y han hecho gala de la responsabilidad que ostentan. No habría que desperdiciar el hecho de que actitudes como estas son las que, al final, acaban primando la mayoría de los ciudadanos. Eso, sumado al valor de la experiencia en la gestión y al deseo de estabilidad en estos momentos tan complejos, hace que los actuales presidentes autonómicos de Galicia y País Vasco sean valores al alza.