Encrucijada para los republicanos

El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha declarado “no culpable” de los 27 delitos que se le imputan en un nuevo proceso judicial, entre ellos el de retención deliberada de información para obstruir a la justicia. Delitos que podrían suponer hasta 400 años de cárcel. Estos cargos, presentados por el Departamento de Justicia de los Estados Unidos, están relacionados con la tenencia de papeles que afectaban a la seguridad nacional y a la ley de espionaje y que fueron encontrados en el registro que el FBI realizó en su mansión de Florida.

Se trata de un caso inédito en la historia de los Estados Unidos que puede traer consecuencias desconocidas. En primer lugar, para Trump, que suma este proceso a los anteriores, el de su rol en el asalto al Capitolio, el de la manipulación del resultado electoral en Georgia en 2020 y las acusaciones de violación por parte de Stormy Daniels. Aunque Trump pretende sacar rédito político acaparando el protagonismo público y reforzando ante sus seguidores la imagen de un perseguido por una justicia en manos de los demócratas, la acumulación de causas agudiza la crisis de liderazgo político en los Estados Unidos. Entre otras razones, por la forma de actuar de quien pretende ser nuevamente candidato a la Presidencia. Muchos líderes republicanos son conscientes de que no se puede hipotecar el futuro del partido vinculándose a una figura fuertemente polarizadora que está bajo la lupa de los jueces. La pregunta es cuándo aparecerá un líder republicano dispuesto a presentar batalla en serio.