A falta de cerrar algunos flecos, el acuerdo entre PP y Ciudadanos para promover un relevo en la Junta de Andalucía está fraguado. Es una buena noticia por varios motivos. Va a concretar el relevo político en una Comunidad Autónoma que desde su creación siempre ha estado gobernada por el mismo partido político, y la alternancia en democracia es un valor. Es muy conveniente que los responsables de la Junta de Andalucía, que han condicionado y han tenido un peso excesivo en la vida social, sean otros.

La alternancia va a permitir que el partido de Rivera dé un paso de maduración, asumiendo tareas ejecutivas en el gobierno andaluz. También sería interesante que el PSOE, que no ha conseguido los apoyos para gobernar, facilitara con su abstención la investidura, pero no parece que los socialistas estén dispuestos a asumir que las cosas han cambiado.

El relevo en Andalucía va a ser posible porque muchos votantes de izquierdas se han abstenido o han cambiado su voto porque no comprenden que el PSOE haya tenido como socios a los independentistas. Ciudadanos debe tomar nota de lo que significa en términos electorales acercarse a un socialismo que no sea inequívocamente constitucional.