Los domingos
La directora, Alauda Ruiz de Azúa, hace un soberbio ejercicio de honestidad, desde una posición agnóstica que quiere entender realmente al otro

Madrid - Publicado el
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Este fin de semana se ha estrenado en cines de toda España la película "Los domingos", triunfadora en el Festival de san Sebastián y que, incluso antes de su estreno, ha venido generando ya una interesantísima conversación en torno a la vocación, a la familia y al hecho religioso en una sociedad como la nuestra, cada vez más secularizada pero al mismo tiempo con unas ineludibles raíces cristianas sin las que no se puede comprender su verdadera identidad.
La directora, Alauda Ruiz de Azúa, hace en "Los domingos" un soberbio ejercicio de honestidad, desde una posición agnóstica que quiere entender realmente al otro y, por eso mismo, huye de las caricaturas y del trazo grueso al que el cine español nos tiene acostumbrados cuando se adentra en este terreno.
En apenas 7 años hemos pasado de conversar sobre "La llamada", el exitoso musical de Los Javis, en el que se nos proponía con mucha habilidad un hecho religioso a la carta, que parecía expresar el deseo de los propios directores de cómo debería ser una religión de su agrado a "Los domingos", que antes de plantearse transformar realidad alguna, acoge lo que le viene dado e intenta comprenderla para hacerle justicia en la pantalla de un cine. Es legítimo y necesario que en una sociedad pluralista se planteen diferentes miradas sobre un mismo fenómeno. Pero de esa diversidad, lejos de nacer el relativismo moral, brota la exigencia de argumentar cuál responde mejor a la pregunta que se hace. Basta ver "Los domingos" desde una razón abierta para poder argumentar que ésta es una propuesta más honda, más compleja, más respetuosa y, por lo tanto, mejor.



