Los brasileños acuden a las urnas para elegir a su próximo presidente

Más de 156 millones de brasileños se dan cita este dos de octubre en una de las elecciones presidenciales "históricas" y, a la vez, las más polarizadas que se recuerdan en el país. Sin embargo, y según las encuestas - los sondeos realizados desde hace meses-, van a ser los comicios con los resultados más claros, con la victoria del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, que podría incluso proclamarse vencedor en primera vuelta.

Brasil decide su futuro para los próximos cuatro años en un momento en el que el ganador deberá lidiar con índices récord de inflación, una desigualdad de tiempos anteriores, desempleo, y los estragos de la pandemia. Retos que tendrán que afrontar o bien de nuevo Jair Bolsonaro, candidato a la reelección por el Partido Liberal (PL) y que, consciente de su caída de popularidad por la gestión de la pandemia, ha centrado su campaña en poner en duda el sistema electoral brasileño y en recordar el pasado con la Justicia de su rival, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT) Lula da Silva que ha recuperado sus derechos políticos tras ser anuladas sus condenas y que aspira a ocupar de nuevo en el Palacio del Planalto doce años después. El tercero en discordia, Ciro Gomes, líder del Partido Democrático Laboralista, y que afronta sus cuartas elecciones, se presenta como la solución a la bipolarización a la que está sometido el país.

La que menos posibilidades tiene para ser elegida es Simone Tebet, senadora y candidata por el MDB, que está convencida de que este domingo "termina un ciclo. Hoy la democracia está fortalecida".

Pese a los mensajes de tranquilidad lanzados por los candidatos, entre la población ha surgido un temor durante estos últimos días ante la posibilidad de que Bolsonaro no reconozca los resultados de las elecciones y después de que haya estado apelando en numerosas ocasiones al Ejército y poniendo en duda al Tribunal Supremo.