Putin ha vivido algunas de sus horas más difíciles. Lo que irremediablemente se ha traducido en las horas más difíciles para Rusia y su población civil. El grupo mercenario de paramilitares conocido como Wagner se ha rebelado contra el Kremlin, abandonando sus posiciones en Ucrania e iniciando una marcha hasta Moscú. Una marcha hasta el corazón de Rusia que detenida gracias a la mediación de Bielorrusia y con un final que, en principio ya conociemos:

Prigozhin, líder del grupo Wagner y sus hombres, se irá de rositas. Al menos así lo afirma un Kremlin que le agradece sus "méritos en el frente" y prefiere olvidar que durante unas horas, estuvo a punto de tumbar el poder casi absoluto de un Putin más amenazado que nunca. Desde COPE te contamos qué es lo que se sabe hasta el momento de todo lo que ha ocurrido en un sábado frenético.

¿Quién es Yevgueni Prigozhin, líder de los mercenarios de Wagner?

Yevgeni Prigozhin, es el líder de Wagner. El cabecilla de los paramilitares que se han rebelado contra Putin y su gobierno tras estar cientos de días luchando en el frente ucraniano. Nacido en 1961 en la antigua Leningrado, ahora San Petersburgo, es un producto de la transformación de Rusia, educado en la calle y un superviviente nato.

A la edad de 20 años, fue condenado a 13 años de cárcel por robo, nueve de los cuales se los pasó entre rejas. Cuando salió de prisión, Prigozhin se encontró con un mundo distinto. Fue liberado en 1990, en las postrimerías de la Unión Soviética, una tierra de oportunismo donde el líder de Wagner comenzó a prosperar vendiendo perritos calientes. En solo cinco años, acabó abriendo su propio restaurante.

La primera fase de la relación entre Putin y Prigozhin tenía un carácter puramente comercial. Prigozhin fundó una compañía de catering, Concord, que fue contratada por el Kremlin para suministrar alimentos al Ejército y a los colegios públicos del país, y el líder de Wagner permaneció más o menos en segundo plano durante la siguiente década, convirtiéndose en una suerte de "chef" del Kremlin.

Tras años de desmentidos, y ya en plena guerra de Ucrania, Prigozhin acabó confirmando que había fundado el grupo de mercenarios Wagner en 2014, en una decisión que puso rostro a la organización y le convirtió en una estrella de las redes sociales, en las que anunciaba constantemente las operaciones del grupo contra las fuerzas ucranianas.

Conforme pasaban los meses, no obstante, su rechazo a la estrategia planteada por el Ministerio de Defensa ruso, al que acusó de privar de municiones a sus hombres durante campañas tan intensas como la librada en la ciudad de Bajmut, detonante de la crisis de este sábado.

¿Qué es el grupo Wagner y por qué se han rebelado a Putin?

El grupo Wagner es una compañía militar privada creada por el mismo Prigozhin. Pese a que estas formaciones están prohibidas por la legislación rusa, gracias a la invasión de Ucrania, se ha convertido en el principal destacamento de asalto de las fuerzas rusas que combaten en suelo ucraniano.

Algunas publicaciones occidentales señalan que cuenta con más de 50.000 hombres y todo tipo de armamento. Los mercenarios del grupo Wagner, que se llama a sí mismo “La orquesta” y a sus integrantes, “músicos”, según Prigozhin, son “héroes que defendieron al pueblo sirio y a otros pueblos de países árabes, africanos y latinoamericanos desvalidos, y se convirtieron en uno de los pilares de nuestra patria”. Lo que no les ha librado de ser acusados de haber cometido numerosos crímenes de guerra.

Aunque se desconoce el número exacto de mercenarios que forman parte de los Wagner en la actualidad, sus efectivos se cifran en más de 25.000, según distintas estimaciones. Siendo estos los hombres que habrían partido hacia Moscú y que ya se habría dado la vuelta, presumiblemente hacia una hipotética liquidación del Grupo Wagner.

La invasión rusa de Ucrania en febrero de 2022 puso a Wagner y, en particular a su fundador, en un primer plano, desplazando incluso al líder de Chechenia, Ramzán Kadírov, del papel de dirigente más entregado a la causa del Kremlin. Prigozhin reclutó para combatir en el frente a miles de presos, según él mismo reconoció a finales de mayo en una entrevista: "O una compañía militar privada y presos o vuestros hijos", respondió el fundador del Grupo Wagner a las críticas por el envío de prisioneros a combatir en Ucrania. A cambio a los seis meses, los mercenarios condenados recibían el indulto y regresaban a casa.

El grupo paramiltiar Wagner, se ha convertido en las últimas semanas en la punta de lanza de la ofensiva rusa en el este ucraniano. No en vano, fueron los que anunciaron la toma de Bajmut, estratégico nudo de comunicaciones en la zona, el pasado mes de mayo, tras diez meses de intensos combates.

Concluida la misión, cedieron oficialmente el control de la ciudad a las tropas regulares rusas, no sin antes lanzar una pulla a la jefatura militar en Moscú. Por la captura de la ciudad, los mercenarios han pagado un alto precio: 16.000 muertos, 10.000 de ellos presidiarios reclutados, de acuerdo con sus propios números. Una circunstancia que he terminado por provocar que, tras señalar en varias ocasiones al poco apoyo recibido desde Moscú, Prigozhin y su grupo Wagner, hartos, hayan decidido poner rumbo a la capital rusa. Un rumbo que se ha quedado detenido a tan solo 200 kilómetros de la capital.

¿Qué ruta han seguido los rebeldes? ¿Realmente podían haber llegado a Moscú?

Las fuerzas de Wagner han abandonado el este de Ucrania, donde se estaban produciendo los combates más cruentos, para traspasar la frontera y regresar a Rusia. Un regreso que ha comenzado con la toma de la ciudad rusa de Rostov del Don, la cual se habría convertido en la primera ciudad bajo el control de los rebeldes de Wagner. Finalmente, el grupo de mercernarios habría abandonado esta y otras zonas ocupadas.

Desde allí, habrían desplazado las columnas de combatientes de Wagner hacia el norte, llegando hasta la región de Lipetsk, a tan solo 6 horas en coche de Moscú, es decir, a unos 340 kilómetros de la capital. Un avance relámpago sobre el que se tenía muy poca información. La última hora llegó desde Bielorrusia, quienes aseguraron que los hombres de Wagner habrían detenido su avance antes de llegar a Moscú, en concreto a tan solo 200 kilómetros de la capital del país.

Precisamente en la capital rusa se han llegado a movilizar las tropas, formando convoyes en los accesos a la capital a la espera de encontrarse con unos hombres de Wagner que ya no llegarán. El alcalde moscovita, Serguéi Sobianin, calificó de "difícil" la situación en torno a la capital. Razón por la que ha decretado este lunes próximo como día no laborable.

¿Ha corrido peligro la vida de Putin en algún momento?

El objetivo último de Prigozhin solo lo conocía él mismo. Parece claro que hemos presenciado en la jornada de este sábado un intento de golpe de estado que buscaría derrocar a Vladímir Putin del poder. Una circunstancia que se ha detenido tras conocerse que Prigozhin habría aceptado parar a sus hombres para evitar un "derramamiento de sangre" motivado por una llamada de Lukashenko, presidente bielorruso al que le une una gran amistad.

Si bien Putin ya ha afrontado diversos ataques terroristas durante su mandato, incluidos en Moscú, durante la segunda guerra de Chechenia (1999-2009), nunca antes se había visto en la tesitura de una insurrección de fuerzas que combatían a sus órdenes. En opinión de la inteligencia militar británica, Rusia ha afrontado el "desafío más significativo" en los últimos tiempos.

A lo largo de la jornada se han dado varias informaciones sobre el verdader paradero de Putin. Habiendo informaciones que le situaban en un avión a San Petersburgo o incluso refugiado en un búnker cercano a la zona del Kremlin. Lo único sobre lo que se ha llegado a tener alguna certeza es, precisamente sobre la versión oficial del gobierno ruso, quien ha asegurado que en ningún momento Putin habría abandonado Moscú. Algo que, como decimos, afirma el Kremlin.

¿Cómo va a afectar la rebelión de Wagner a la guerra en Ucrania?

Para responder a esta pregunta puede ser esclarecedor escuchar al mismo Putin. Quien, en una confirmación de la gravedad de la situación, no dudó en comparar la rebelión de los Wagner con las deserciones masivas de los soldados rusos en los frentes de la Primera Guerra Mundial que llevaron a la revolución bolchevique de 1917 y a la descomposición de Rusia.

"No permitiremos que se repita. Defenderemos a nuestro pueblo y a nuestro Estado de cualquier amenaza, incluida la traición interna", afirmó el jefe del Kremlin en un mensaje a la nación en el que advirtió de que castigará con dureza el motín. Así es como Putin ve la rebelión de Wagner. La comparación de la revuelta con lo ocurrido en la Primera Guerra Mundial hace que veamos en ese episodio histórico un futuro imaginable para el conflicto en Ucrania que el presidente ruso quiere evitar a toda costa.

Entonces, los bolcheviques consiguieron hacerse con el poder y sacaron a una Rusia debilitada por los conflictos internos de la Gran Guerra. ¿Es comparable la situación? ¿Cómo queda el liderazgo de Putin tras ver cómo sus órdenes eran desobedecidas por un grupo de mercenarios? ¿Habrá algún cambio significativo en la cúpula del Kremlin en lo que respecta a la dirección de la invasión en Ucrania? Son los interrogantes que se plantean tras escuchar al mismo Putin elevar lo ocurrido a la altura de la revolución bolchevique de 1917.

¿Cómo se posiciona la comunidad internacional?

En el extranjero se ha tardado en reaccionar. Desde Ucrania han celebrado lo ocurrido. Los servicios de inteligencia y seguridad del país invadido por Putin se pronunciaron esta mañana de sábado sobre la rebelión del grupo Wagner, celebrando el conato de guerra civil en ese país como un paso importante hacia el fin de la invasión rusa de su territorio y el colapso del presidente, Vladímir Putin.

“La fórmula ucraniana para una paz sostenible prevé la salida de las fronteras de 1991 y el comienzo del proceso de autodestrucción de Rusia”, escribió en su cuenta de Twitter Oleksí Danílov, secretario del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, en referencia al año en que Ucrania obtuvo su independencia con unas fronteras que Rusia viola desde la anexión de Crimea, en 2014.

En la Unión Europea, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ha tildado la revuelta como un "asunto interno ruso", mientras que otros líderes como el francés Macron han insistido en su apoyo a la causa ucraniana.

Los aliados de Putin, por su parte se han mostrado proclives a ofrecer ayuda. El caso de Bielorrusia, estado satélite que en raras ocasiones contradice al Kremlin, es el más reseñable, ya que tras sus propias declaraciones, habrían conseguido convencer a Prigozhin para detener el avance de Wagner hacia Moscú.

Queda como nota ¿anecdótica? de la jornada el posicionamiento de Turquía, donde Erdogan, presidente de un país miembro de la OTAN (dato no menor), ha ofrecido a su homólogo ruso, Vladímir Putin, en una conversación por teléfono "hacer lo que corresponda" para resolver la crisis.

Rusia ha vivido momentos de tensión máxima. Con casi 20.000 hombres armados que han recorrido parte del país hasta quedarse a tan solo 200 kilómetros de la capital, al corazón de Moscú, donde Putin amenazaba (supuestamente) a los amotinados y, sobre todo, esperaba. Unas horas en las que todo el mundo esperaba.