Un turista alemán viaja a Ibiza y lo que hace con su pie en una playa obliga a la Guardia Civil a revisar las cámaras de seguridad: 300.000 euros
El turismo es un sector esencial para nuestra economía, pero hay ocasiones puntuales en las que puede plantear algún problema.

Coche de la Guardia Civil, archivo
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A nadie se le escapa que España es una de las principales potencias turísticas del mundo. Sin turismo, tendríamos un serio problema, ya que hablamos de un sector esencial para la economía, que genera millones de empleos.
Por lo pronto, los datos para este verano son tranquilizadores. De junio a septiembre se prevé que entren en nuestras fronteras, casi 42 millones de turistas internacionales, lo que supone un 3,2 % más que en 2024. Esto implica un gasto cercano a los 58.000 millones de euros, -un 3,8 % de aumento-, según la proyección estadística realizada por el Instituto de Turismo de España (Turespaña).
la cara b del turismo
Pero el turismo también tiene su cara B. Los pisos turísticos por ejemplo, generan una serie de problemas sociales, económicos y urbanos, especialmente en ciudades con alta demanda. A su contribución al encarecimiento de los precios de los alquileres a los residentes, se suman los ruidos y molestias que generan en las comunidades de vecinos donde se ubican.
Recientemente, conocíamos que la Justicia de Madrid ordenaba el cierre de diez de estos pisos al concluir que su actividad afectaba negativamente a la vida de una familia con pequeños que habitaban en el mismo bloque.
turismo y vandalismo
Además, no se puede olvidar el vínculo entre turismo y vandalismo, una preocupación creciente, en especial en algunos destinos con una gran afluencia de visitantes.
Ibiza, por ejemplo ha sido testigo recientemente de uno de estos desagradables incidentes, cuando uno de sus turistas protagonizaba una agresión contra un bien cultural de alto valor.
Sucedía en Playa d’en Bossa, uno de los destinos turísticos más emblemáticos de esta isla ubicada en el municipio ibicenco de Sant Josep. Pues bien, su tranquilidad se vio alterada por un suceso insólito. Un turista de nacionalidad alemana protagonizaba un acto de vandalismo contra una escultura de bronce de gran tamaño y de alto valor artístico, lo que terminó con su detención por parte de la Guardia Civil.

Imagen de una playa
valorada en 305.000 euros
Las imágenes captadas por cámaras de seguridad y revisadas atentamente por el Instituto Armado, muestran al varón pateando de forma reiterada el pecho de la escultura hasta que logró derribarla, provocando una grave fractura en uno de sus brazos.
Y ojo porque se estima que el valor de esta pieza puede rondar los 305.000 euros.
Ante la gravedad de los hechos, agentes del Puesto Principal de la Guardia Civil de Sant Josep iniciaron de inmediato las gestiones para esclarecer lo ocurrido. Las imágenes de videovigilancia resultaron clave para identificar al presunto autor, que no contaba con antecedentes en España y que se encontraba en la isla únicamente por motivos turísticos.
El principal temor de los investigadores era que el individuo abandonara el país antes de que pudiera responder por el delito, por lo que se puso en marcha un operativo para su localización urgente. Y fue efectivo porque el arresto se produjo in extremis, justo en el momento en el que el turista se disponía a abandonar el hotel en el que estaba alojado.
El detenido fue trasladado a dependencias policiales y ya ha pasado a disposición judicial como presunto autor de un delito de daños.
Ante la gravedad de los hechos, no es descartable que este turista tenga que desembolsar una importante indemnización por el destrozo causado.
turismo de calidad
Situaciones como la de Ibiza, aunque puntual, reavivan el viejo debate sobre la necesidad de un turismo de calidad en España. En este sentido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, apelaba este año a mirar "al futuro", con la vista puesta en nuevas metas, especialmente en lo que se refiere a la calidad, la diversificación y la desestacionalización de la oferta turística.
Y parece que algo está cambiando en este sentido. El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, de quien depende Turespaña, aseguraba al comienzo de este verano que el crecimiento de viajeros en la temporada alta es inferior al del resto de meses del año, lo que parece que contribuye a consolidar el cambio de modelo turístico hacia la desestacionalización y desconcentración de los destinos.
En este sentido, según sus previsiones, esta temporada estival se prevé que el crecimiento de viajeros sea inferior a las alzas registradas en los meses tradicionalmente menos turísticos, como enero (6,1 %), febrero (7,7 %), marzo (3,8 %) o abril (10,1 %).