El detalle que olvidas incluir en tu testamento y que puede costarle mucho dinero a tus herederos: Japón ya lo hace

Cuando una persona fallece, en medio del inmenso impacto emocional, la familia se ve obligada a enfrentar un proceso administrativo que, lejos de ser sencillo, puede resultar abrumador. Existen una serie de trámites que los familiares tienen que gestionar.

Uno de los primeros obstáculos a los que se tienen que enfrentar es la obtención del certificado médico de defunción, que es lo primero que hay que gestionar para poder hacer cualquier otro trámite. Y uno de los más importantes y delicados es la herencia. 

¿la herencia solo son bienes materiales?

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La herencia es un trámite delicado al que tienen que enfrentarse los familiares de la persona difunta. Desde el punto de vista legal es fundamental para asegurar que los bienes del fallecido se distribuyan de forma justa y ordenada

Generalmente, se gestiona el patrimonio, pero actualmente vivimos en un mundo donde nuestras vidas están estrechamente vinculadas a dispositivos y plataformas online. ¿Qué pasa entonces cuando morimos con todas esas cuentas digitales?

Todos dejamos una huella en internet: cuentas de redes sociales, correos electrónicos, suscripciones, archivos en la nube, fotos, vídeos, blogs, criptomonedas o perfiles en servicios digitales. Y a esto se le conoce como legado digital.

¿qué es el legado digital?

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Al morir, nuestras cuentas digitales no desaparecen automáticamente. En muchos casos permanecen activas y accesibles y pueden representar un problema para nuestros seres queridos que se van a tener que encargar de gestionarlas. 

Es importante incluir el legado digital en el testamento por privacidad y seguridad. Al morir, las cuentas pueden quedar expuestas o sufrir a hackeos. Además, si no dejamos instrucciones a nuestros seres queridos, puede que tengan dificultades legales para acceder a ellas. 

De la misma forma, hay muchos documentos importantes que solo existen en formato digital y podríamos perderlos. Lo mismo ocurre con las criptomonedas. Si una persona fallece sin compartir las claves de sus wallets o plataformas, esos fondos pueden quedar inaccesibles para siempre.

auge de los testamentos digitales en algunos paises

Algunos países como Japón han sido pioneros en la adopción de testamentos digitales, una tendencia impulsada por la transformación digital de la población. Se trata, simplemente, de un testamento en el que se incluyen las propiedades digitales. 

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De esta forma, cuando una persona fallezca, sus suscripciones a servicios o plataformas online, o sus documentos en la nube no se perderán con él. Esto va a permitir que su entorno pueda, por ejemplo, cancelar las suscripciones y que no sigan cobrando las cuotas. Si vamos sumando, nuestros herederos podrían perder mucho dinero. 

El incluir estos datos en el testamento es un paso más hacia un futuro digital responsable. De hecho, es una herramienta clave para gestionar nuestro legado. Si planificamos qué va a pasar con nuestros bienes materiales cuando fallezcamos, también debemos hacerlo con nuestras propiedades digitales. 

¿cómo puedo crear un testamento digital?

Aunque parezca un trámite engorroso, en realidad, es muy sencillo. Lo primero que debes hacer es elaborar un registro detallado de todas las plataformas online que utilices o todos los servicios a los que estás suscrito con sus correspondientes contraseñas para poder acceder. 

No debes olvidarte de redes sociales, plataformas de streaming, servicios de almacenamiento en la nube, cuentas de correo electrónico, suscripciones a cualquier tipo de servicio o banca online, entre otras cosas. 

El segundo paso que tienes que seguir es decidir qué cuentas vas a querer que se mantengan y cuáles se eliminen cuando fallezcas. Además, al igual que en un testamento tradicional, es imprescindible que nombres a una persona de confianza que pueda ser el responsable de esas cuentas. 

Y por último, para que el testamento digital tenga validez legal, será necesario registrarlo oficialmente ante un notario. Este profesional otorga un respaldo jurídico y evita posibles disputas entre herederos.