IVAM VANGUARDIAS (Previsión)
El compromiso social y político de Léger, en su mayor retrospectiva en España
Valencia acoge desde este viernes la mayor retrospectiva hecha en España del pintor cubista francés Fernand Léger, que permitirá adentrarse en el compromiso político y social de un artista clave para entender las vanguardias y el cubismo de Picasso, Braque y Juan Gris.,El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) acoge hasta el próximo 15 de septiembre un centenar de obras entre pinturas, dibujos, grabados, textiles, cine y textos impresos, realizados por Lé
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Carla Aliño
Valencia acoge desde este viernes la mayor retrospectiva hecha en España del pintor cubista francés Fernand Léger, que permitirá adentrarse en el compromiso político y social de un artista clave para entender las vanguardias y el cubismo de Picasso, Braque y Juan Gris.
El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) acoge hasta el próximo 15 de septiembre un centenar de obras entre pinturas, dibujos, grabados, textiles, cine y textos impresos, realizados por Léger entre 1918 y 1955, año de su muerte, junto a algunas obras de arquitectos y cineastas con los que colaboró.
La muestra "Fernand Léger. Vida Moderna", desarrollada junto con la Tate Liverpool, presenta a Léger como un artista de su tiempo, comprometido política y socialmente y convencido de la función social del arte, han explicado el director del IVAM, José Miguel García Cortes, y el comisario de la exposición, Darren Pih, durante la presentación a los medios.
A lo largo de su carrera, Léger tuvo la convicción de que el arte moderno era un vehículo para la educación y un medio para elevar la calidad de vida de todos, especialmente de la clase obrera, y así lo reflejó en la práctica totalidad de sus trabajos, donde muestra su fe en la colaboración humana a pesar de la convulsa situación que atravesaba Europa en esos años.
Léger formó parte del célebre circulo de artistas e intelectuales que trabajaron en París a principios del siglo XX y conoció a Rousseau, Delaunay, Cendrars, Apollinaire y Max Jacob, e incluso a Picasso y Braque.
Divida en cuatro grandes apartados, la exposición comienza con "La experiencia de la vida moderna/Ballet mécanique", obras que recogen las primeras experiencias de un joven Léger, que llega a París en 1900, con 19 años y procedente de la Normandía rural, y se encuentra con la modernidad.
Estas vivencias llevaron a Léger a pensar que el lenguaje de la pintura y la expresión artística tenían que cambiar para adaptarse a la velocidad y rapidez que iba imprimiéndose en la vida moderna, algo que quedó reflejado en obras como "Le disque" (1918) y "Le typographe" (1919).
En estos años, Fernand Léger descubrió a Charles Chaplin y se sintió fascinado por los inicios del cine, un medio de comunicación, a su juicio, verdaderamente accesible y al que contribuyó con "Ballet mécanique" (1924), algunas de cuyas escenas se proyectan en esta exposición.
La siguiente parada en esta retrospectiva está dedicada a la "Naturaleza muerta y paisajes modernos", donde su pintura evoluciona hacia temas clásicos y objetos cotidianos, pues defendía que "hay belleza en todo" y deseaba que cualquier persona pudiera reconocer y acceder a sus obras.
Se trata de varias obras abstractas y cubistas pero "con formas muy reconocibles", como se puede ver en "Nature morte à la chope" (Naturaleza muerta con jarra de cerveza, 1021-1922), pues la voluntad de Fernand Léger era hacer el arte accesible a todos; creía que todo el mundo tienen derecho a él.
El tercer apartado está dedicado a la Exposición Internacional de Arte y Tecnología de París (1937), donde destaca el mural de grandes dimensiones que acometió junto a la arquitecta francesa Charlotte Perriand, con el que trató de transmitir un mensaje de esperanza y confianza en el trabajo colectivo y la colaboración.
Esta misma idea se mantiene en el último apartado de esta retrospectiva, dedicado a los "objetos poéticos y el gran sujeto", donde profundiza en su interés por la belleza de lo cotidiano, con la introducción de la fotografía a su trabajo, pero sobre todo en su compromiso político y su visión optimista de la sociedad y el esfuerzo colectivo.
Léger, quien se afilió al Partido Comunista en 1945 a su vuelta de Estados Unidos, refleja estas convicciones en las pinturas de su última etapa, visible en el "Étude pour 'Les Construteurs': l'equipe au repos" (1950), en la que también buscó infundir una educación estética como medio para mejorar "la vida cotidiana".