Descubren que el océano de la Tierra no siempre fue de color azul y que podría volver a cambiar: este sería su nuevo color

Un estudio publicado por la revista Nature nos deja claro que no todo es lo que pensábamos a la hora de hablar del color de nuestro planeta

El océano de la Tierra no siempre tuvo el color que pensábamos

Luis Calabor

Madrid - Publicado el

4 min lectura

Cuando imaginamos la Tierra desde el espacio, pensamos en una esfera azul brillante rodeada de nubes blancas. Pero ese color tan característico de los océanos, que hoy parece inmutable, no ha sido siempre así. De hecho, durante gran parte de la historia de nuestro planeta, el océano no era azul. Mucho antes de que existieran los humanos, los mares tenían tonos muy distintos, y algunos científicos creen que podrían volver a cambiar en un futuro no tan lejano.

La Tierra se formó hace más de 4.500 millones de años, y durante sus primeros miles de millones de años, el planeta era un lugar hostil. La atmósfera no contenía oxígeno, y los océanos, lejos de tener el aspecto cristalino actual, eran opacos y oscuros. No había peces, ni corales, ni nada parecido a lo que hoy entendemos como vida marina compleja. En ese ambiente, los colores del agua estaban determinados por la composición química del océano, influida por la actividad volcánica, la presencia de metales y la escasa luz solar que conseguía filtrarse.

Las profundidades del oceáno esconden muchas sorpresas

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Las profundidades del oceáno esconden muchas sorpresas

LA TIERRA NO ERA AZUL, SINO DE COLOR... VERDE

Uno de los grandes descubrimientos recientes en el ámbito de la oceanografía y la biología es que el color del mar no es simplemente una cuestión de luz y profundidad. Es el resultado de complejos procesos biológicos y químicos. Un estudio publicado en la revista Nature ha revelado que, hace entre 3.800 y 1.800 millones de años, los océanos eran de color verde. Este tono se debía a la gran cantidad de hierro disuelto en el agua, procedente de las rocas y volcanes submarinos. El hierro absorbía la luz azul, dejando que predominara el verde.

Pero todo cambió hace unos 2.400 millones de años, cuando las primeras cianobacterias comenzaron a liberar oxígeno a la atmósfera. Este evento, conocido como la Gran Oxidación, transformó por completo el océano. El oxígeno hizo que el hierro se oxidara y se volviera insoluble, lo que permitió que el agua se volviera más clara y la luz azul empezara a predominar. Así nació el océano azul que conocemos hoy.

Islas Salvajes, Océano Atlántico

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La razón por la que el oceáno es azul es la Gran Oxidación

Ahora, los científicos advierten que podríamos estar al borde de otro cambio. Y esta vez, el azul podría dar paso al púrpura.

El evento conocido como la Gran Oxidación transformó el oceáno al color azul

EL NUEVO COLOR DE LOS OCÉANOS EN EL FUTURO: EL PÚRPURA... O INCLUSO EL ROJO

El color púrpura no es una mera fantasía. Ya se observan tonos violáceos en algunas zonas costeras del planeta. ¿El motivo? El crecimiento de bacterias sulfúreas que prosperan en ambientes con poco oxígeno y alto contenido de azufre. Estos microorganismos producen pigmentos púrpuras para captar la luz y sobrevivir, y su expansión podría ser una señal temprana de hacia dónde se dirige el equilibrio químico de nuestros océanos.

Este escenario no sería el primero en el que el mar cambia de color por causas biológicas. Las llamadas "mareas rojas", provocadas por ciertas microalgas, tiñen estacionalmente las aguas de las costas en distintas partes del mundo. Y recientes investigaciones apuntan a que más del 56% de las aguas oceánicas se han vuelto más verdosas en las últimas dos décadas debido al aumento de fitoplancton impulsado por el calentamiento global.

Estos cambios de color no son solo curiosidades visuales. Son indicadores muy claros de transformaciones profundas en la salud de los ecosistemas marinos. La acidificación de los océanos, provocada por el exceso de CO₂ en la atmósfera, está alterando el equilibrio químico del agua y afectando a miles de especies marinas. A su vez, estas alteraciones influyen en la forma en que la luz interactúa con el agua y, por tanto, en su color.

Islas como la de Iwo Jima, en Japón, nos pueden dar pistas sobre el futuro

Islas como la de Iwo Jima, en Japón, nos pueden dar pistas sobre el futuro

Además, lugares como la isla japonesa de Iwo Jima se han convertido en verdaderos laboratorios naturales. Allí, las condiciones extremas permiten observar en tiempo real cómo podrían evolucionar los océanos en las próximas décadas. Y no es casual que potencias como China estén planificando misiones submarinas al fondo del Ártico: quieren entender mejor estos cambios antes de que se generalicen.

La idea de un océano púrpura puede parecer sacada de una novela de ciencia ficción, pero los datos apuntan a que no es una hipótesis descabellada. Al fin y al cabo, ya ocurrió antes. Y si la historia de la Tierra nos enseña algo, es que el planeta cambia constantemente, nos guste o no.

El color del mar es mucho más que una cuestión estética. Es un reflejo del estado de nuestro mundo, una señal visible de procesos invisibles que afectan al clima, a la biodiversidad y, en última instancia, a nuestra supervivencia. ¿Veremos algún día un océano púrpura extendiéndose por todo el planeta? Nadie puede decirlo con certeza. Pero si ocurre, será porque no hemos sabido frenar a tiempo los cambios que ya están en marcha.

Visto en ABC

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