En marzo nos ordenaron quedaron en casa. En junio nos dicen “salgan ustedes, consuman, disfruten de las vacaciones”. Ahora barajan el toque de queda y en Navidad nos dirán que volamos a salir, a consumir, a gastar, a celebrar.

¿No hemos aprendido nada en todos estos meses? ¿La única solución que tienen nuestros responsables públicos para intentar atajar el crecimiento de la pandemia de coronavirus en nuestro país es abrir o cerrar las puertas de nuestras viviendas?

¿Y las soluciones tecnológicas? ¿Funciona plenamente la aplicación Radar COVID, que supuestamente era la que iba a detectar todos los contactos? ¿Funcionan los rastreadores? ¿Se están haciendo rastreos? ¿Funciona con cancerberos, al igual que en la gripe, la red de atención primaria? ¿O no hemos hecho nada para que funcionen?

La mayor parte de los expertos en salud pública dicen que el toque de queda lo único que hace es reducir la movilidad, pero no lo ven como una solución completamente efectiva para el problema que tenemos.

A lo mejor se trata de eso, de sentarse cinco minutos a pensar, a llegar a acuerdos y a hablar, sobre todo, de los que saben, no intentar demostrar que hacemos algo.