Hace un año, el verano pasado, después de la moción de censura que echó del Gobierno de España a Mariano Rajoy, Pedro Sánchez era el hombre omnipresente parecía tener el don de la ubicuidad, tenía una agenda repleta de actos mañana tarde y noche si me apuran. Estaba en todas partes cada día, un año después este verano el presidente sigue de vacaciones.

Ha estado 10 días en Lanzarote en la Maleta y ahora en el Palacio de las Marismillas de Doñana, justo en el momento en el que estamos viviendo la peor pandemia en al menos un siglo. Cuando el responsable de la situación epidemiologica del país, el responsable científico Fernando Simón admite que hay partes de España que están fuera de control, la agenda del Consejo de Ministros es una hoja prácticamente en blanco.

Es verdad que los medios telemáticos han avanzado mucho, es verdad que se puede teletrabajar, pero la comunicación, como bien saben en Moncloa, la imagen es importante y sería bueno saber que en este momento tan duro el gobierno está todo entero trabajando.