Los viajes de San Josemaría Escrivá durante sus últimos años de vida para "procurar la caridad y la justicia"
El fundador del Opus Dei, dedicó sus últimos 5 años a viajar por el mundo, especialmente por América Latina, para impartir catequesis y repartir esperanza a todo aquel que pudiera necesitarlo

San Josemaría Escrivá
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San Josemaría Escrivá murió el 26 de junio de 1975, hoy se cumplen 50 años de una muerte que, al mismo tiempo, fue el último regalo de Dios al santo. "Yo quiero morir mirando a la Virgen", dijo en su momento el fundador del Opus Dei y, precisamente, lo último que hizo con vida fue girarse a mirar una imagen de la Virgen de Guadalupe y acto seguido falleció de forma repentina.
Precisamente, por la Virgen de Guadalupe sentía un amor especial, lo que le llevó a, 5 años antes, el 15 de mayo de 1970, iniciar un viaje por México para venerarla: "He tenido que venir a México para repetirte con la boca y el alma llena de confianza, que estamos muy seguros de Ti y de todo lo que nos has dado, que estoy muy seguro de mis hijas y de mis hijos, y del camino firme que tu Hijo nos ha marcado. No admitimos más ambición que la de servir a tu Hijo y, por Él y con tu ayuda, a todas las almas”, dijo en la Basílica de la Patrona mexicana.
1970: El primer viaje de catequesis
Allí, en México, conversó con personas de toda índole, pero especialmente quiso dirigirse a los más necesitados. Fue el primero de sus viajes de catequesis por el mundo. “Todos, vosotros y nosotros, estamos preocupados en que mejoréis, en que salgáis de esta situación, de manera que no tengáis agobios económicos... Vamos a procurar también que vuestros hijos adquieran cultura: veréis cómo entre todos lo lograremos, y que —los que tengan talento y deseo de estudiar— lleguen muy alto. Al principio serán pocos, pero con los años... Y ¿cómo lo haremos? ¿Como quien hace un favor?... No, mis hijos, ¡eso no! ¿No os he dicho que todos somos iguales?”, dijo en uno de esos encuentros.

San Josemaría ante la Virgen de Guadalupe
1972: la península ibérica
Después, viajó por la Península Ibérica entre el 4 de octubre de 1972 y el 30 de noviembre del mismo año, visitó ciudades como Madrid, Barcelona, Bilbao, Oporto, Fátima, Lisboa, Sevilla, Valencia… También se dirigió a las clases más populares, aunque aprovechó para visitar monasterios, obispos e incluso amigos suyos, como el "Chiqui", un sacerdote que vivía en Barcelona y con el que tenía relación desde los años de la Guerra Civil y falleció a los pocos días de recibir la visita de su viejo amigo.

San Josemaría
Volver a latinoamérica (1974-1975)
En 1974 volvió a América Latina, pero esta vez cambió el norte por el sur. Entre el 22 de mayo y el 31 de agosto visitó Brasil, Argentina, Chile, Perú, Ecuador y Venezuela en otro viaje en el que impartió catequesis a los más necesitados y sobre la educación a los más pequeños: "Yo los pasearía un poco por esos barrios que hay alrededor de la gran ciudad de Caracas para que vieran las chabolas, unas encima de otras. Que sepan que el dinero lo tienen que aprovechar bien; que han de saberlo administrar, de modo que todos participen de alguna manera de los bienes de la tierra. Porque es muy fácil decir: yo soy muy bueno, si no se ha pasado ninguna necesidad".
Volvió al año siguiente en febrero, pero ya estaba peor de salud. Aun así, pudo mantener un encuentro con indígenas antes de verse obligado a acortar el viaje y regresar a Roma, donde vivía.