"Cuanto más estudio el universo, más veo la mano de Dios": un astrofísico católico explica por qué ciencia y fe van de la mano
La Sociedad de Científicos Católicos celebra su IV Congreso. Hablamos en Ecclesia al día, en TRECE, con su presidente, Enrique Solano

El IV Congreso de la Sociedad de Científicos Católicos de España se celebra en Madrid del 2 al 4 de octubre de 2025 en la Universidad San Pablo CEU
Madrid - Publicado el
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"No me explota la cabeza por ser científico y católico. Al contrario: se necesitan mutuamente para conocer la verdad completa", con esta rotundidad ha hablado Enrique Solano, astrofísico católico y presidente de la Sociedad de Científicos Católicos de España. Sus palabras resuenan con fuerza durante el IV Congreso de Científicos Católicos que se celebra esta semana en Madrid, en la Universidad San Pablo CEU. Un encuentro donde investigadores cristianos demuestran que la ciencia es un camino más para conocer y amar a Dios.
El congreso aborda temas cruciales para los cristianos: la inteligencia artificial, la bioética desde la dignidad humana, y la relación entre el origen del hombre y el pecado original. Para Solano, presidente de esta sociedad internacional creada en 2016, la misión es clara: ser científico y vivir la fe católica es una realidad complementaria. "Si quieres conocer bien la realidad que Dios ha creado, necesitas las dos patas: el conocimiento científico y el conocimiento que te da la fe", ha explicado con convicción.
"No hay nada en la ciencia que te obligue a elegir entre el laboratorio y Dios. Cuando un científico es ateo, es porque viene así de casa, no porque la ciencia le haya llevado a eso". De hecho, su experiencia como astrofísico católico demuestra lo contrario: el orden maravilloso del universo, la existencia de leyes físicas perfectas, la complejidad y belleza de la creación... todo apunta hacia el Creador. "Una persona puede plantearse la existencia de Dios precisamente a través de lo que descubre en la ciencia", ha asegurado.

El IV Congreso de la Sociedad de Científicos Católicos de España se celebra en Madrid del 2 al 4 de octubre de 2025 en la Universidad San Pablo CEU
Cuando la ciencia revela el plan divino
"No hay ninguna razón científica para que veintitantas constantes tengan exactamente los valores perfectos para que exista vida inteligente", ha explicado Solano. ¿Casualidad? Para este científico católico, la respuesta es cristalina: es la mano amorosa de Dios que ha "afinado" el universo como un gran instrumento para que sus hijos puedan existir y conocerle.
"Estos indicios en la naturaleza hacen mucho más razonable creer en un Creador que pensar que todo surgió de la nada por azar", ha afirmado. El cosmos entero es un libro abierto donde podemos leer la sabiduría infinita de Dios.

El IV Congreso de la Sociedad de Científicos Católicos de España se celebra en Madrid del 2 al 4 de octubre de 2025 en la Universidad San Pablo CEU
La vida eterna que Dios promete supera infinitamente cualquier tecnología humana
En plena era de inteligencia artificial, Solano lanza un mensaje claro a los cristianos: ninguna máquina puede sustituir lo que Dios nos ofrece. Reconoce que la IA hace muchas cosas rápido y bien, que nos ayuda en el día a día, pero insiste en que sigue siendo solo una herramienta creada por el hombre. La Iglesia católica defiende todo avance tecnológico que mejore la vida humana, porque cada persona tiene una dignidad infinita que debe cuidarse desde la concepción hasta el último aliento.
Pero Solano va más allá y pone las cosas en su sitio: "Para un cristiano, proyectar el futuro sólo con la tecnología es muy pobre. Lo que vamos a ganar en el cielo es infinitamente mayor que cualquier cosa que una inteligencia artificial pueda darnos". Su argumento es demoledor: "La Tierra tiene fecha de caducidad, el sistema solar tiene fecha de caducidad, el universo tiene fecha de caducidad. La física misma nos dice que este universo va a desaparecer. Ahí se acabará todo. El cristiano quiere algo más: la vida eterna con Dios".